Se acusa al empresario de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y podría tener que pagar una multa de hasta 70 000 euros.
Una nave de Bizkaia, Euskadi, fue el salón de actos de un nuevo ejempko de abusos laborales en nuestro país. La Policía Nacional ha detenido a un empresario que explotaba a sus trabajadores en este recinto, donde ocasionalmente hacían lo que su jefe denominaba una «maratón»: trabajar 26 horas seguidas sin descanso.
El arresto se produjo el pasado 17 de agosto, aunque aún fue hoy cuando ha sido puesto en conocimiento por la Delegación del Gobierno. La operación se inició cuando varios trabajadores denunciaron en la Comisaría de la Policía Nacional de Bilbao la explotación a la que se veían sometidos.
Se le acusa de un presunto delito contra los derechos de los trabajadores, enfrentándose, además, a una posible sanción económica de más de 70.000 euros por infringir la legislación en materia laboral y de Seguridad Social. Los investigadores les concedieron el carácter de testigos protegidos a los denunciantes por temor a represalias.

Sin contrato, sin seguro, sin control alguno
Al no tener permiso de residencia, el empresario no les había formalizado contrato alguno y les pagaba un sueldo de cinco euros por hora efectiva de trabajo. De igual forma, señalaron que cuando sufrían algún accidente laboral como consecuencia de su trabajo y tenían que acudir a los servicios médicos, el dueño les aleccionaba para que no mencionara ni a la empresa ni el lugar donde habían sufrido las lesiones.
Asimismo, explicaban que, ocasionalmente, hacían lo que su jefe denominaba una «maratón», consistente en trabajar desde las siete de la mañana hasta las nueve de la mañana del día siguiente, teniendo solo una hora libre para comer mientras permanecían toda la noche encerrados en las instalaciones de la empresa.
Agentes de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Bilbao y funcionarios de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Bizkaia inspeccionaron la empresa, situada en el polígono industrial Ugaldeguren, en Zamudio, identificando en su interior a un total de ocho trabajadores.
Cuatro de ellos estaban sin permiso de residencia ni contrato de trabajo, por lo que se detuvo al empresario que regentaba el negocio, quien ha quedado en libertad tras prestar declaración en dependencias policiales y con la obligación de presentarse ante el juzgado que instruye la causa.
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