Los retrasos y la falta de personal técnico no son solo una cuestión de eficiencia, sino una amenaza real para la salud y la vida de los pacientes
En los últimos días, se ha levantado la voz de alarma sobre la seguridad del paciente en la sanidad pública madrileña. Los tiempos de respuesta en los diagnósticos están siendo cuestionados, y en el centro de todo esto se encuentra el servicio de anatomía patológica del Hospital La Paz en Madrid.
Un relato alarmante
Una paciente, quien ha experimentado los servicios de la sanidad pública madrileña, ha hecho público su profundo malestar y preocupación. Hace seis semanas, le extrajeron 8 muestras de su cuerpo para ser biopsiadas en el mencionado hospital. Seis semanas y aún no tiene todos los resultados.
Investigando el motivo de este retraso, la paciente descubrió que el problema radica en la falta de personal técnico en el laboratorio. No se sustituyen los técnicos que están de baja o de vacaciones. Actualmente, hay aproximadamente 1100 biopsias más antiguas sin resultados.
La anatomía patológica es esencial para establecer el pronóstico de muchas enfermedades, especialmente tumorales. Sin embargo, el tiempo de respuesta publicado oscila entre los 3 y los 30 días, dependiendo del procedimiento.
Un Peligro para la vida
Estamos hablando de algo tan serio como diagnósticos tumorales que pueden evolucionar a sanación o a mal pronóstico por no haber intervención terapéutica posible al llegar los resultados. Médicos que sospechan malignidad buscan directamente a los patólogos para conseguir los resultados rápidamente, pero hay otros pacientes cuyas muestras podrían ser malignas sin que nadie lo sospeche.
La paciente intentó ponerse en contacto con el jefe de servicio, Dr. David Hardisson Hernáez, quien además pertenece a la Comisión Técnica Consultiva de Seguridad del paciente, pero se negó a ponerse al teléfono. Este hecho pone en tela de juicio la responsabilidad y la gestión del servicio.
Si el jefe de servicio no puede asegurar una plantilla adecuada y dar la cara por su servicio, debería plantearse dimitir. La calidad de la norma UNE-EN ISO 15189 está en cuestión, y ni los pacientes ni los trabajadores merecen enfrentarse a este desmantelamiento de la sanidad pública.
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