La petición de no convertir la compleja evacuación de Kabul en materia de disputa entre partidos ha sido completamente ignorada con fines electoralistas.
“Estamos consternados por los atentados en Kabul. Contra estos terroristas lucharon miles de soldados españoles y 102 dieron su vida por la libertad de los afganos. Se echa en falta la condena contra el integrismo islámico de los que criticaban la operación militar hace 20 años”, ese fue el vergonzoso mensaje que el líder del Partido Popular, Pablo Casado, publicó en la noche de ayer jueves en Twitter.
Vergonzoso, porque el sentido de Estado, eso que tan difícil es de entender para los partidos políticos de este país que piensan en sacar votos de cualquier resquicio, brilla por su ausencia en el bando popular. La petición de no convertir la compleja evacuación de Kabul en materia de disputa entre partidos ha sido ignorada a las primeras de cambio.
Y lo ha hecho de la peor forma posible. Unas horas antes, durante su visita a la isla canaria de El Hierro, Casado ya adelantó su mensaje en redes diciendo que “sería bueno” que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, “se acordara” de los militares españoles muertos en las dos décadas de operación en Afganistán y que recuerde además “qué decía la izquierda” sobre el despliegue de tropas españolas entonces.
“Si hace 20 años les gustaba el no a la guerra, no manden ahora a callar a la oposición cuando actúan tarde y mal”, ha dicho Casado.
YAK-42
Se olvida Casado en su tuit de que 62 de esos 102 soldados españoles muertos, más de la mitad, lo fueron por el accidente del Yak-42 mientras regresaban a España tras cuatro meses y medio de misión en Afganistán y Kirguistán.
Este accidente aéreo fue la peor tragedia del Ejército español en toda su historia en tiempo de paz. La conmoción en España fue tal, que el funeral de Estado fue retransmitido en directo por las cadenas de televisión de ámbito nacional, se convirtió en el espacio más visto de la tarde desde hacía varios años.
Se han abierto seis procesos judiciales a raíz de la tragedia, cuatro en España y dos en Turquía. La tragedia estuvo salpicada de diversas polémicas bajo el Gobierno del PP. La primera se debió a la mala identificación de los cuerpos, que en algunos casos no fueron entregados a las familias correctamente o incluso los restos de diversas personas aparecieron mezclados en un mismo féretro.
La segunda gran polémica se debió al mal estado del avión, circunstancia de la que ya habían advertido en numerosas ocasiones los militares a sus mandos, a pesar de lo cual el avión realizó el vuelo con el fatal desenlace.
Curra Ripollés, hermana de uno de los fallecidos y portavoz de las víctimas del Yak-42, señaló en una entrevista a ElDiario.es que “todos los cargos del PP vinculados con la catástrofe fueron premiados”.
El Consejo de Estado por unanimidad llegó a reconocer que la administración, en este caso el Ministerio de Defensa, cometió una negligencia.
El PP, culpable del surgimiento de Daesh
La Cumbre de las Azores, celebrada en 2003 en las islas portuguesas y en la que participaron los jefes de gobierno de Estados Unidos, Reino Unido, España y Portugal, dio arranque a la guerra contra Afganistán e Irak.
Los jefes de gobierno de Estados Unidos (George W. Bush), Reino Unido (Tony Blair), España (José María Aznar) y Portugal (José Manuel Durão Barroso) -quien ejercía además de anfitrión- previa a la Invasión de Irak el 20 de marzo de 2003. El la cumbre se adoptó la decisión de lanzar un ultimátum de 24 horas al régimen iraquí encabezado por Saddam Hussein para su desarme, bajo amenaza de declaración de guerra.
La Cumbre de las Azores es el preludio a la Invasión de Irak de 2003 y su posterior ocupación y la prolongación hasta el 19 de agosto de 2010 de la Guerra de Irak. Los líderes de la cumbre aseveraron que Saddam Hussein todavía poseía grandes reservas escondidas de armas de destrucción masiva en 2003 y que estaba procurando conseguir y producir más de manera clandestina.
Daesh se alió con Al Qaeda y participó en la insurgencia iraquí como respuesta al envío de tropas de Occidente invadieran Irak en 2003. El grupo se autoproclamó como califato y se autodenominó como el Estado Islámico en junio de 2014. Como califato, proclamó su autoridad sobre todo el mundo musulmán en materia religiosa, política y militar.
Las inspecciones por parte de las Naciones Unidas habían comenzado de nuevo (años atrás ya lo habían hecho) en noviembre de 2002 y se desarrollaron hasta marzo de 2003, pero no se presentó ninguna evidencia de armas de destrucción masiva reales cuando los Estados Unidos y la «Coalición de la voluntad» invadieron Irak y derrocaron a Saddam Hussein en marzo de 2003.
935 declaraciones falsas
George W. Bush había inflado deliberadamente informes de inteligencia y había mentido sobre las armas de Irak para justificar una invasión del país. El resto de líderes siguió al presidente estadounidense en sus mentiras como fieles borregos.
El Center for Public Integrity afirmó que el gobierno del presidente Bush hizo un total de 935 declaraciones falsas entre 2001 y 2003 sobre la supuesta amenaza de Irak a los Estados Unidos.
«Ahora es indiscutible que Irak no poseía armas de destrucción masiva ni tenía vínculos significativos con al-Qaida», según Charles Lewis y Mark Reading-Smith, del personal del Fondo para la Independencia en el Periodismo. «En resumen, la administración Bush llevó a la nación a la guerra sobre la base de información errónea que propagó metódicamente y que culminó en una acción militar contra Irak el 19 de marzo de 2003».
Bush lideró con 259 declaraciones falsas, 231 sobre armas de destrucción masiva en Irak y 28 sobre los vínculos de Irak con al-Qaida, según el estudio. Eso fue solo superado por las 244 declaraciones falsas de Powell, su vicepresidente, sobre armas de destrucción masiva en Irak y 10 sobre Irak y Al Qaeda.
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