El cómico estuvo ingresado en el hospital hace 4 años, pero asegura que si ha tardado tanto en contarlo es para no parecer «uno de esos famosos» que banalizan con la Salud Mental para que les presten atención
El pasado mes de septiembre el cómico y guionista Ángel Martín se sinceraba con sus seguidores en el Informativo matinal para ahorrar tiempo y desvelaba que en el año 2017 estuvo ingresado en el hospital debido a brote psicótico. El cómico ha aprovechado la ocasión para dar visibilidad a un tema delicado como el de la salud mental.
Además, al finalizar el informativo con tono irónico, Martín explicaba que desde ese mismo día ya se podía reservar el libro »donde te cuento de qué va eso de volverse loco», una alusión que podría entenderse como mera publicidad del lanzamiento de su libro titulado «Por si las voces vuelven», si no fuera por el hecho de que relata su experiencia personal y puede servir como un manual de ayuda para otras personas que estén pasando una situación similar.
Ahora, cuatros año después, Martín sigue intentando entender lo que le pasó y asegura que si ha tardado tanto en contarlo es para no parecer «uno de esos famosos» que banalizan con la Salud Mental para que les presten atención.
En un acto de la Confederación Salud Mental España Ángel Martín ha señalado que lo más difícil fue enfrentarse al mundo real después del ingreso. «Tras 15 días ingresado, salir a la calle es como entrar en el infierno», ha dicho, tal y como recoge Vozpópuli.

«Con un brote psicótico entras en el hospital pero estás en tu mundo y no te enteras muy bien de lo que pasa. Piensas: fenomenal, un hospital, cosas nuevas. Lo malo es cuando sales, porque el mundo es otro… mucho más aburrido, gris, un infierno. Entras en una depresión terrible, demoledora», ha continuado.
El humorista ha añadido que: «La gente tiene mucha tendencia a pensar cuando uno va al hospital y sale, pues que ya está bien. No es así, en absoluto» y que se hace un esfuerzo muy grande por aparentar estar bien delante de los demás: «La gente no lo ve. Estás haciendo un esfuerzo para que la gente crea que estás bien, pero estás jodido. Finges que estás animado y eso te hace estar aun más jodido. Es la pescadilla que se muerde la cola. Creo que es imprescindible enseñar a la gente que no es que tu salud mental sea importante, es que la de los demás también».
Martín ha señalado que tampoco se puede generalizar cuando se habla de salud mental, ya que por ejemplo, se relaciona la salud mental con los ingresos económicos de la población y no es así, ya que no toda la gente de bajos ingresos está mal.
Además, aunque cree que se necesita más dinero para el sector de la Salud Mental, considera que no es lo más urgente: «Lo primero que hace falta es que la gente entienda que, cuando se está mal, hace falta ayuda. Hay que empezar por no tener miedo a decir en casa: me encuentro mal. La culpa no es tuya».
Espido Freire
La escritora Espido Freire también ha estado en el acto, según informaciones de Vozpópuli, en donde ha contado que sufrió un trastorno de la conducta alimenticia y no lo hizo público hasta 10 años después.
Freire ha señalado que, muchas veces salir del pozo no tiene que ver con la voluntad del enfermo: «¿Cómo se sale? Depende de la edad, de si tu familia lo entiende o no, de si estás en un núcleo urbano o vives en la periferia, de la rapidez con la que se ha detectado… Son muchos factores y circunstancias, no depende de la voluntad del enfermo. Esa voluntad está muchas veces limitada por el contexto».
«La banalización de estar mal se ve mucho en el trastorno de la alimentación. Compartí el miedo de Ángel de no saber cómo se iba a tomar el público mi problema. Hay que medirlo con precaución para no mandar mensajes inadecuados. Eso sí, el espectro de la Salud Mental es tan amplio que cuantos más ejemplos haya mejor».
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