Dinamarca está «ordenando a la gente trabajar un día más» y «robando» un día festivo que los daneses han celebrado durante más de tres siglos.
«Algo huele a podrido en Dinamarca», dijo el personaje de Shakespeare, Marcellus, en Hamlet. Esta icónica cita podría ser aplicada a la decisión del gobierno danés de cancelar un día festivo para aumentar el presupuesto de Defensa del país. El Gran Día de Oración, una festividad que se celebra el cuarto viernes después de Semana Santa, ha sido eliminado de la lista de días festivos en Dinamarca por primera vez en más de 300 años. El propósito de esta medida es dotar al gobierno de unos 427 millones de dólares adicionales al año, que serán utilizados para incrementar los gastos en defensa del país.
La eliminación de este día festivo ha generado una gran controversia en Dinamarca. Políticos de la oposición, sindicatos y figuras religiosas han cuestionado esta medida. Incluso hubo una manifestación que reunió a unos 50.000 manifestantes a las afueras del Parlamento en Copenhague para protestar contra este cambio. Según la oposición, el gobierno está «ordenando a la gente trabajar un día más» y «robando» un día festivo que los daneses han celebrado durante más de tres siglos.
2 % del PIB en armas
El gobierno danés afirma que requiere de estos recursos para elevar el presupuesto de defensa hasta el 2% del PIB, en línea con los compromisos adquiridos con la OTAN para el año 2030, en lugar de 2033 como estaba previsto. La eliminación del día festivo será beneficioso para la actividad económica del país, lo que redundará en mayores ingresos fiscales, según las autoridades danesas.
Es interesante observar que la eliminación del Gran Día de Oración se produce en un contexto internacional de tensión, debido a la invasión rusa a Ucrania. Los países de la OTAN, incluyendo Dinamarca, han aumentado su gasto militar para hacer frente a esta amenaza. Por lo tanto, el gobierno danés ha justificado esta medida en el contexto de su compromiso con la OTAN.
Impacto negativo
Sin embargo, la eliminación de un día festivo puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de los daneses. Los días festivos son momentos importantes para el descanso y la relajación, para pasar tiempo con amigos y familiares y para participar en actividades culturales.
Además, esta medida puede ser vista como un ataque a la tradición y la cultura danesa. El Gran Día de Oración ha sido una festividad importante en Dinamarca durante más de tres siglos, y su eliminación puede ser vista como una falta de respeto hacia la historia y la cultura del país.
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