Agricultores australianos destruyen aguacates con sus tractores ante las cosechas récord y el desplome de los precios y la demanda.
Los agricultores australianos que se dedican al cultivo del aguacate se enfrentan a una importante crisis debido al desplome del precio por la caída de la demanda por parte de los consumidores y las cosechas record.
Una combinación de aumento de la oferta y reducción de la demanda, recortada por los bloqueos de meses que cerraron cafés en Sydney y Melbourne, ha hecho que el precio de un aguacate en los supermercados se desplome, ha noticiado el The Washington Post.

Al contrario que la crisis que se palpa a nivel global en la cadena de suministros, el del aguacate, tiene un alcance local, afecta a Australia.
Y es que este año la producción ha aumentado en un 65 por ciento, según John Tyas, CEO de Avocados Australia, un grupo de la industria agrícola.
El auge se debe en parte a las condiciones ideales de crecimiento después de años de sequía, dijo. Pero también es el resultado de decenas de miles de árboles de aguacate, plantados hace tres o cuatro años cuando los precios eran altos, que ahora comienzan a dar frutos.
«Simplemente los atropellamos con algunos tractores», dijo al medio norteamericano un agricultor del sector.
«Esto es el capitalismo», respondió Trevor Bendotti, un productor de aguacate de segunda generación en Australia Occidental.
De un modo similar se expresaba Carlos Taibo en una entrevista que publicamos en Spanish Revolution: «El capitalismo no se puede gestionar de manera civilizada».
El lado oscuro del «oro verde» del aguacate
El periodista Jesús Del Toro advertía de otras oscuridades del «enorme hambre de aguacate en el mundo que ha generado un rico y creciente mercado, con productores y comercializadores de actividad creciente en muchos países del mundo.
«Pero el enorme valor de ese mercado y las exigencias para expandirlo tienen aristas punzantes. El aguacate (o palta en Sudamérica) ha propiciado una importante actividad económica en las regiones productoras pero también ha desencadenado problemas de deforestación, abuso de recursos hídricos e, inclusive, ha llamado la atención de la delincuencia», añadía.
«En paralelo, se ha criticado que la considerable demanda mundial de aguacate y el afán de expandir al máximo su producción han conducido a excesos», concluía.
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