El Park Güell ha sido privatizado y entregado al hombre más rico del planeta. Y mientras, los vecinos que denunciaron esta locura, han sido apaleados y detenidos.
En un momento de gravísima crisis climática y social, las instituciones deberían ser un poco más conscientes y trabajar en favor de la ciudadanía, y no de intereses de empresas privadas, que además en el caso de Louis Vuitton, es símbolo de la desigualdad social y la contaminación provocada por el lujo que representa, que es nuestra miseria.
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