El gobierno de Draghi ha lanzado un nuevo paquete de ayudas de 14.000 millones de euros dirigido a consumidores y empresas para hacer frente a las consecuencias económicas provocadas por la guerra en Ucrania
Esta semana, el Gobierno de Mario Draghi ha anunciado que sube la tasa especial que grava los beneficios extraordinarios que las empresas energéticas obtienen en Italia gracias al aumento del precio del gas y del petróleo del 10% al 25%.
Tal y como explicó el titular de Economía, Daniele Franco, esta es una manera de obtener los recursos necesarios para ayudar a las familias sin tocar el presupuesto ni incurrir en ningún tipo de déficit.
Franco explicó que este impuesto a las firmas energéticas servirá «para financiar el paquete de ayudas contra la inflación para los jubilados y los trabajadores». Está previsto que ambos reciban una contribución estatal de 200 euros siempre que tengan una renta anual que no supere los 35.000 euros, además de subvenciones al precio de la energía para las familias vulnerables, créditos fiscales para que las empresas puedan hacer frente a los mayores costes energéticos y fondos adicionales para los gobiernos locales.
Se ha aprobado un paquete de ayuda de 14.000 millones de euros para empresarios y consumidores afectados por el aumento de los costes a causa de la guerra de Ucrania. Franco ha afirmado que las nuevas medidas no incluyen déficits adicionales.

Descenso del precio de la gasolina, el gasóleo y el metano
Otras de las medidas significativas que incluye el nuevo plan de estímulo impulsado por Draghi consiste en la ampliación durante tres meses del bono energético para las familias con rentas bajas y la reducción de los impuestos especiales sobre los carburantes hasta el 8 de julio, lo que ha propiciado un descenso de 30 céntimos por litro en el precio de la gasolina y el gasóleo en las estaciones de servicio, una bajada que se extiende también ahora al metano.
El Gobierno italiano ya ha gastado más de 20.000 millones de euros este año para proteger su economía de la subida de los precios de la energía y ha tomado medidas para reducir su dependencia de los suministros rusos. Por un lado, ha llegado a acuerdos con Argelia para aumentar el suministro de gas procedente de ese país. Además, Draghi quiere fijar límites en el termostato de las casas y oficinas para ahorrar energía y crear alternativas al gas, impulsando inversiones en energías renovables.
Estas medidas llegan en mitad de un debate en la Unión Europea acerca de implementar las sanciones a Rusia para terminar con el suministro de petróleo ruso para finales de año. Rusia ha cortado el gas a dos miembros de la UE, Polonia y Bulgaria, debido a la exigencia rusa de pagar el combustible en rublos, lo que violaría las sanciones puestas por los 27 países de la unión. Hungría es el único país que ha accedido a la petición de Rusia, mientras Italia asegura que se mantendrá alineada con el resto de países comunitarios y respetará las reglas establecidas por la Comisión Europea.
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