Debemos recordar a Guillem Agulló y a todas las víctimas del odio ideológico para evitar que estos crímenes se repitan.
Hace treinta años, el joven antifascista Guillem Agulló fue asesinado, y desde entonces, su memoria sigue muy presente en la sociedad valenciana. A pesar del dolor, el crimen se convirtió en una fuente de inspiración para luchar contra la desmemoria y el fascismo en la región. Este mes de abril se han convocado numerosos actos para recordar a Guillem, entre los que destaca la concentración organizada por la Comisión 30 años con Guillem, que tendrá lugar en la plaza del Ayuntamiento de Burjassot.
Como miembro del colectivo autogestionado Ca Bassot de Burjassot, Mercè Martínez destaca cómo el asesinato del joven antifascista unió a la sociedad valenciana: «Es van equivocar. L’assassinat en lloc d’atemorir-nos ens va unir i ens va donar força». A lo largo de estos treinta años, los sectores valencianistas y progresistas han luchado por convertir el dolor en una semilla de futuro y una fuente de inspiración.
Sin embargo, la lucha no ha sido fácil. La familia de Guillem sufrió un acoso sistemático que se fomentó desde diarios como Las Provincias. Además, durante el juicio, el tribunal consideró el asesinato como una pelea entre grupos iguales y no como un homicidio por motivos ideológicos. Solo se condenó al militante de extrema derecha Pedro Cuevas, mientras que los otros cuatro acusados fueron absueltos.
Jordi Sebastià, periodista y dirigente de Compromís, considera que el caso Agulló ejemplifica «cómo la extrema derecha ha hecho el trabajo sucio para el poder y que cuando esta se ha sobrepasado, se la ha protegido». También destaca la conexión entre el asesinato y la violencia sufrida durante la Batalla de València. La impunidad de la extrema derecha aún persiste en la región, como lo demuestran las agresiones sufridas durante el Nou d’Octubre del 2017 en València.
Como activista antifascista, creo que es crucial seguir luchando contra la desmemoria y el fascismo en nuestra sociedad. Debemos recordar a Guillem Agulló y a todas las víctimas del odio ideológico para evitar que estos crímenes se repitan. Es necesario denunciar el acoso sistemático y la impunidad de la extrema derecha, y seguir luchando por una sociedad justa y democrática en la que el odio y la discriminación no tengan cabida.
En este sentido, es importante destacar el trabajo de la Fiscalía y de las acusaciones en el juicio de los agresores del Nou d’Octubre del 2017. A pesar de la falta de confianza en la justicia española, esperamos que el juicio sirva para demostrar que estos actos violentos no quedarán impunes. Debemos seguir luchando y trabajando juntos para construir una sociedad más igualitaria y justa para todos. Como dijo Guillem, «la lucha continúa».
Related posts
SÍGUENOS
Las horas más bajas de Ursula
Dos bloques opuestos han coincidido en algo: pedir la cabeza de Ursula von der Leyen. Y no es una pataleta: tienen 72 firmas, el mínimo legal para forzar el debate.
Vox y la violencia que nunca quiere ver
El alcalde de Villacastín, detenido por agredir a su mujer en plena romería Otra vez Vox. Otra vez la violencia que su discurso niega mientras se enquista en sus filas. Julio César Sánchez, alcalde del partido ultra en Villacastín (Segovia), fue detenido por la Guardia…
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.
Vídeo | El negocio de matar
Palantir vende tecnología, pero lo que compra el ejército israelí es impunidad: un algoritmo que legitima la masacre. Cada contrato firmado es un misil que despega. Cada sonrisa de Karp es una fosa abierta.