La pérdida de identidad de la clase trabajadora es una crisis silenciosa que está erosionando los fundamentos de nuestra sociedad. Cuando los trabajadores dejan de reconocerse como parte de una clase obrera y se ven seducidos por la narrativa aspiracional de la clase media, se fragmenta el tejido social que daba fuerza a las luchas colectivas.
La clase trabajadora, al perder su conciencia de clase, se convierte en presa fácil de aquellos que prometen devolver un sentido de pertenencia y seguridad, pero a costa de la solidaridad y la justicia social. Es imperativo recuperar y reforzar la identidad de la clase trabajadora para combatir estos peligros y proteger los derechos y dignidad de todos los trabajadores.
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