Las élites económicas y políticas se reunieron, como cada año (en este tocó Madrid), para trazar sus planes en torno a procesos electorales, gobiernos y estrategias a medio y largo plazo. Estas discusiones entre los titiriteros no son más que una manifestación del poder concentrado que amenaza, más si cabe, la democracia.
Nos quieren separados y sin poder porque las decisiones verdaderamente importantes ya están siendo tomadas en salones de lujo por aquellos que realmente dominan el mundo. La decisión que nosotras podemos tomar es organizarnos, salir a la calle, hacer ruido y votar con cabeza.
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