Ya hemos visto cómo algunas empresas se han retirado de Israel bajo presión, pero necesitamos hacer mucho más.
Es realmente frustrante que después de que el pueblo palestino haya estado pidiendo hasta la extenuación nuestra ayuda para frenar el genocidio y el apartheid al que están sometidos, sigamos sin tomar acción. Nos han indicado claramente que debemos cortar el flujo de dinero que sostiene al Estado sionista de Israel, pero hasta ahora hemos ignorado esas llamadas.
En un mundo donde las relaciones económicas lo son todo, tenemos más poder del que creemos como consumidores. El boicot popular fue clave para acabar con el apartheid en Sudáfrica, y ahora podríamos hacer lo mismo con Israel. Sin embargo, seguimos paralizados, viendo en tiempo real las atrocidades que se cometen contra los palestinos, mientras los gobiernos no hacen nada.
El boicot económico, académico y cultural es una herramienta poderosa para detener estas injusticias. Ya hemos visto cómo algunas empresas se han retirado de Israel bajo presión, pero necesitamos hacer mucho más. Es hora de dejar de apoyar productos y compañías que colaboran con el sionismo y exigir sanciones internacionales. Detener el genocidio está en nuestras manos, y es hora de actuar.
Related posts
Trump arremete contra Wikipedia para reescribir la historia a su medida
Una nueva ofensiva de la administración Trump amenaza el conocimiento libre en favor de la propaganda estatal.
Se acabó la fiesta: Alvise y su partido se autodestruyen entre amenazas y acusaciones
La implosión de ‘Se Acabó la Fiesta’ revela el caos interno y la falta de escrúpulos del agitador ultra
Israel se apropia del 50% de Gaza bajo su “zona de seguridad” mientras borra del mapa las áreas humanitarias
Mientras extiende su control militar, Israel destruye los refugios civiles y arrincona a la población en un genocidio en cámara lenta.
Vídeo | DE RESIGNIFICAR NADA 🧼 PSOEizando, que es gerundio. Marina Lobo y Esther López Barceló
La “resignificación” del Valle de los Caídos que vende Moncloa es un eufemismo para disfrazar la continuidad del relato franquista.