Un poeta asesinado en Gaza y un genocidio que no cesa
Refaat Alareer, poeta, académico y activista palestino, murió el 6 de diciembre de 2023, víctima de un ataque aéreo israelí en la sitiada Franja de Gaza. Su muerte, junto a la de su hermano, hermana y sobrinos, se suma a la interminable lista de vidas arrebatadas bajo un asedio que no conoce tregua. Apenas cinco semanas antes de su asesinato, Refaat compartió un poema en sus redes sociales, titulado If I Must Die. Sus palabras, cargadas de esperanza y resistencia, resuenan ahora como un testamento y un grito contra la opresión.
If I Must Die
by Refaat Alareer (1979 – 2023)
If I must die,
you must live
to tell my story
to sell my things
to buy a piece of cloth
and some strings,
(make it white with a long tail)
so that a child, somewhere in Gaza
while looking heaven in the eye
awaiting his dad who left in a blaze–
and bid no one farewell
not even to his flesh
not even to himself–
sees the kite, my kite you made, flying up above
and thinks for a moment an angel is there
bringing back love
If I must die
let it bring hope
let it be a tale
Si debo morir
por Refaat Alareer (1979 – 2023)
Si debo morir,
debes vivir
para contar mi historia
para vender mis cosas
para comprar un trozo de tela
y unas cuerdas,
(hazlo blanco con una cola larga)
para que un niño, en algún lugar de Gaza,
mientras mira al cielo,
esperando a su padre que partió entre llamas,
y no se despidió de nadie,
ni siquiera de su carne,
ni siquiera de sí mismo,
vea la cometa, mi cometa que hiciste, volando alto,
y piense por un momento que un ángel está allí
trayendo de vuelta el amor.
Si debo morir,
que traiga esperanza,
que sea una historia.
EL ARTE COMO RESISTENCIA EN TIEMPOS DE GENOCIDIO
El asesinato de Refaat no es un acto aislado, sino parte de un sistema que busca silenciar voces y borrar narrativas. Desde el comienzo del asedio a Gaza en 2007, la población palestina ha enfrentado condiciones inhumanas: acceso limitado a agua potable, suministros médicos insuficientes y cortes de electricidad que paralizan la vida cotidiana. En los últimos meses, la ofensiva militar israelí ha intensificado su brutalidad, dejando miles de muertos, entre ellos cientos de niños y niñas.
El arte de Refaat, como el de muchos otros creadores y creadoras palestinas, desafía esta realidad. Su poesía no solo denuncia la injusticia, sino que también ofrece un refugio emocional, un espacio para imaginar un futuro más allá del horror. “Si debo morir”, escribió, “que traiga esperanza, que sea una historia”.
El genocidio no se mide únicamente por el número de muertos, sino también por el intento de borrar una cultura, una identidad y una historia. Cada poema, cada canción, cada obra de arte palestina es una declaración de resistencia frente a este intento de aniquilación.
UNA MUERTE ANUNCIADA EN UNA PRISIÓN A CIELO ABIERTO
La muerte de Refaat ocurre en el contexto de un genocidio reconocido por organizaciones internacionales de derechos humanos. Según datos recientes, más de 15,000 palestinos y palestinas han sido asesinados en Gaza desde el inicio de los ataques aéreos en octubre de 2023. De ellos, más de 6,000 son menores de edad. Detrás de cada cifra hay una historia, un rostro, un poema no escrito.
Gaza, con una población de más de dos millones de personas, vive bajo un bloqueo que la comunidad internacional ha calificado como inhumano. Sin acceso a medicinas, alimentos y servicios básicos, la vida allí es una lucha constante. Refaat no solo escribió sobre esta realidad, la vivió hasta su último aliento.
El poema que compartió semanas antes de su muerte se ha convertido en un símbolo de la resistencia palestina. Mientras sus palabras resuenan en las calles y en las redes sociales, su legado vive en cada traducción, en cada lectura, en cada acto de solidaridad. Refaat Alareer fue asesinado, pero su voz no será silenciada.
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