En el espacio confederal preocupa que los socialistas traten de cambiar de socios parlamentarios aprovechando la tramitación de la reforma laboral.
A raíz de la negociación que se está llevando a cabo el PSOE está esgrimiendo el cambio de socios políticos, cosa, que expone Público, «podría cambiar la mayoría parlamentaria en la que se sustenta el Gobierno e, incluso, podría hacer peligrar la legislatura».
Los socios parlamentarios del Gobierno han criticado las contradicciones con las que se encuentran en la mesa de negociación, ya que ERC, Bildu y C’s son totalmente excluyentes.

Los socialistas apuestan por sumar a los naranjas, mientras que Díaz lo rechaza al entender que no darían los números y prioriza el voto del bloque de investidura.
Fuentes de ERC niegan que esté habiendo una negociación como tal porque las propuestas que han recibido desde la vicepresidencia segunda posteriormente son rechazadas por los socialistas.
La aprobación de este decreto con los votos de Cs y el rechazo de grupos como ERC, el PNV o EH Bildu abriría, según UP, la puerta a que la parte socialista del Ejecutivo tratara de sacar adelante otras reformas (como la de la ley mordaza o la ley de vivienda) con los partidos conservadores de la Cámara, un escenario en el que incluso el Gobierno de coalición y la legislatura estarían en riesgo.
Desde la vicepresidencia segunda, sin embargo, evitan desvelar sus cartas y las ofertas que han puesto sobre la mesa, pero trasladan que «hay margen» para el acuerdo con los socios habituales del Ejecutivo y que en las últimas horas se han producido «avances».
Sin embargo, a día de hoy estos partidos están en el ‘no’ a una reforma laboral que les parece insuficiente al no contemplar modificaciones en asuntos como la aclaración en el Estatuto de los Trabajadores de la prioridad de los convenios autonómicos sobre los estatales.
Por su parte, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, y el de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, han descartado volver a la mesa de diálogo con sindicatos y Gobierno en caso de que la nueva reforma laboral no sea convalidada el próximo 3 de febrero en el Congreso de los Diputados.
«Agradezco a los políticos ponerse de acuerdo, pero nosotros hemos estado muchos meses de negociaciones que culminaron en un acuerdo y lo que espero es que la reforma, el acuerdo al que llegamos los interlocutores sociales, se convalide en el Congreso», ha indicado Amor.
Por su parte, Garamendi ha incidido en que el documento es un buen acuerdo pactado entre trabajadores y empresarios y que da estabilidad al país. «Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, nuestra labor, y ahora depende de los que tienen que convalidarlo y son responsables y, por tanto, ellos sabrán», ha explicado.
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