La primera acción conocida del número 2 de Vox en Madrid fue apedrear unos autobuses en los que viajaban 256 niños vascos de excursión en Madrid.
El miembro de Vox Jorge Cutillas Cordón, número 2 de la lista de VOX en la Comunidad de Madrid, fue líder del grupo de extrema derecha Patria y Libertad, las juventudes del partido ultra Juntas Españolas, que formó una coalición electoral con la neonazi CEDADE.
Antes de unirse a Patria y libertad, fue militante de los grupos de choque de Fuerza Nueva en los años de la Transición. En 1982 fue detenido junto a otros siete miembros de la organización ultraderechista por presuntamente apedrear unos autobuses en los que viajaban 256 niños vascos de excursión en Madrid.
A partir de 1984 ya militó en las Juntas Españolas de Integración, formación que llegó a liderar junto al abogado Juan Peligro, y que contaba con el respaldo caluroso del teniente coronel Tejero y los demás golpistas del 23-F.
Patria y Libertad destacó por su perfil renovador fascista, que pretendía continuar la senda de los disueltos Frente Nacional de la Juventud y el Frente de la Juventud, así como de las organizaciones neofascistas europeas. Su campaña xenófoba Stop a la Inmigración coincidió en 1992 con el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez, el primer crimen racista reconocido como tal en la España democrática, del que las Juntas se desmarcaron, alegando que se oponían a la inmigración islámica pero no a la hispanoamericana.

Cutillas pasó después al Partido de Acción Democrática Española (PADE), el primer intento de crear una fuerza política a la derecha del PP, cuyo presidente fue el diputado murciano y exportavoz popular en el Congreso Juan Ramón Calero. Este partido, del que Cutillas llegó a ser secretario general, llegó a un pacto con Esperanza Aguirre en 2003, protectora de muchos de los actuales dirigentes de Vox, para no presentarse a las autonómicas por Madrid.
Cotillas se unió después a Alternativa Española (AES), un partido liderado por Rafael López-Diéguez, yerno del histórico líder ultraderechista Blas Piñar y apoyado económicamente por Fuerza Nueva. Fundamentalistas católicos y ultraderechistas, no dudaban en acusar de “indignidad” a dirigentes del PP como Aleix Vidal-Quadras, primer presidente de Vox, por no prohibir el aborto.
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