El número de horas extras trabajadas y no pagadas en España sigue subiendo.
Según los datos oficiales publicados a través de la encuesta de población activa (EPA) se ha demostrado que en el segundo trimestre las horas extras impagadas se situaron a niveles del confinamiento de 2020, resultando un incremento cuantitativo.
De este modo resulta que el 49% de las horas extra no se pagan en España, el mayor porcentaje de los últimos cinco años, según los registros del INE.

Tal es así la magnitud de la situación que este hecho afecta a medio millón de empleados en todo el país, perjudica en mayor medida a las mujeres que a los hombres.
Para combatirlo el Ministerio de Trabajo anunció un algoritmo específicamente diseñado del que los inspectores consultados todavía no tienen conocimiento. Como resultado 13 millones de horas se trabajan mensualmente en España y las empresas no las pagan.
«Dicho algoritmo -bautizado como MAX (Más algoritmos para menos horas extras)- fue anunciado a principios de junio y los últimos datos de la EPA no permiten medir si está o no funcionando. Para ello habrá que esperar a la EPA del tercer trimestre, que medirá los tres primeros meses en vigor del algoritmo. De momento, desde el SITSS dicen no haber recibido hasta la fecha instrucción alguna sobre cómo funciona MAX», manifiestan desde EPE.
«El fraude de los alargamientos de jornada no remunerados es una constante en el mercado laboral que se rige por el principio del acordeón. Se contrae durante las épocas de menor actividad económica y repunta cuando el PIB va al alza», explican desde EPE.
«Ese repunte de las horas extras y de las horas extras no pagadas lo que muestra es que está aumentando la informalidad. Hay empresarios que, ante la incertidumbre de qué pasará en los próximos meses, prefieren obligar a sus trabajadores a alargar la jornada que contratar de nuevos. En el segundo semestre, cuando está previsto que baje la actividad, volverán a bajar las horas extras», afirma el secretario de trabajo de CCOO de Catalunya, Ricard Bellera para el medio. «Evidencia la incapacidad de muchos empresarios de entender que otros modelos laborales son posibles y tiran de la oportunidad», añade.
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