El candidato demócrata tendría la victoria asegurada si recupera Pensilvania y confirma Nevada, o si se hace con la conservadora Georgia.
Joe Biden ya es el candidato más votado de la Historia de EEUU, con 69,5 millones de votos. Sin embargo, eso no se traduce automáticamente en un triunfo, ya que, a la vez, nunca en la Historia de Estados Unidos se han producido unas elecciones en las que el vencedor haya tenido una victoria tan ajustada en el llamado Colegio Electoral.
“Tenemos los Estados necesarios para llegar a los 270 electores para ganar la presidencia. No estoy aquí para declarar que hemos ganado, sino para informar de que, una vez acabe el escrutinio, creo que seremos los vencedores”, dijo ayer Biden, y pidió a los estadounidenses que dejen de tratar “a sus oponentes como enemigos. No somos antagonistas, lo que nos hace estadounidenses es mucho más fuerte que lo que nos separa”, añadió.
Biden ha mantenido, por el momento, todos los Estados que ganó Hillary Clinton en 2016. Tiene más votos en algunos de los estados en disputa y por lo tanto decisivos para ganar las elecciones. Hay dos diferencias respecto a 2016: Arizona, un estado tradicionalmente republicano, y el Medio Oeste, tres de cuyos estados dieron el triunfo a Trump en 2016.
El candidato a la presidencia ha ganado en Wisconsin y en Michigan y ahora espera el resultado en Pensilvania, pendiente aún del voto por correo y de parte del voto de las grandes ciudades, que tiende a favorecer a candidatos demócratas.
Pensilvania, clave en la última derrota demócrata, sigue contando los votos y no prevé anunciar resultados este miércoles. El candidato demócrata tendría la victoria asegurada si recupera este territorio y confirma Nevada, o si se hace con la conservadora Georgia.
Trump peleará por la presidencia
Trump llevaba meses agitando el fantasma del fraude en el voto por correo sin ninguna base y ahora ha lanzado una ofensiva legal en tres estados -Wisconsin, Michigan y Pensilvania- para impugnar los resultados en los dos primeros y limitar la recepción de votos en el tercero, lo que implicaría que cientos de miles de papeletas que irían para Biden serían invalidadas.
Ya en 2016 cuestionó la legitimidad del sistema y se dedicó toda la campaña a denunciar una estafa, pero entonces ganó. Ahora, las proyecciones le acercan a la derrota y ya ha activado la maquinaria legal.
La victoria y la gestión de la pandemia
Sin embargo, sea quien sea el ganador en estas circunstancias se encontrará un país muy difícil de gestionar, con una pandemia que ha matado a más de 230.000 personas en EE.UU. y sigue sin control por casi todo el país. El periodo en el que debe efectuarse el traspaso de poderes coincide con los meses más difíciles de la epidemia.
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