Ahora más que nunca es necesario dar la cara y organizarse para enfrentar a los monstruos, y dejarles claro que no tienen lugar en el nuevo mundo.
Ya es oficial: las 6 sindicalistas de la pastelería La Suiza de Xixón han sido condenadas a 3 años y medio de prisión. Se trata un paso más en la criminalización de los movimientos sociales y sindicales, abriendo de par en par la puerta a la persecución policial y judicial del sindicalismo y la lucha social. Pero no es el único caso preocupante que hemos vivido en las últimas semanas.
Hemos visto a antifascistas entrar en prisión por manifestarse contra el fascismo, a fascistas quemar locales sociales con total impunidad, a trabajadores acosados judicialmente por defender sus derechos laborales… Hemos llegado incluso a ver como el Ministerio de Interior ha reconocido que infiltran policías en movimientos sociales y ecologistas para “evitar delitos”, a pesar de que ninguno de los movimientos investigados haya cometido ningún delito hasta el momento.
Decía Antonio Gramsci que cuando “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Pues bien, nuestro mundo neoliberal quedó tocado de muerte en la crisis del 2008, y lo que vemos ahora por múltiples frentes son esos monstruos intentando mantener artificialmente con vida al antiguo mundo. Por eso debemos responder unidas para desbordar su represión.
Ahora más que nunca es necesario dar la cara y organizarse para enfrentar a los monstruos, y dejarles claro que no tienen lugar en el nuevo mundo.
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