¿Es este el verdadero rostro de las corporaciones que priorizan la «eficiencia» sobre la salud y el bienestar de las y los empleados?
La reciente decisión de ALSA en Almería de despedir a una conductora debido a su endometriosis vuelve a levantar olas en un océano de discriminación laboral hacia las mujeres. Si bien el debate sobre la menstruación ha evolucionado, casos como el de Encarna Aznar, la conductora en cuestión, nos recuerdan que aún queda mucho por hacer.
Mientras operaba en la ruta que conecta Almería con Valencia para ALSA, Encarna Aznar tuvo que enfrentar una situación que muchas mujeres, desafortunadamente, entienden. Debido a los intensos dolores menstruales derivados de su endometriosis, se vio obligada a detener el vehículo en una estación de descanso no habitual. ¿La respuesta de la empresa? Un despido. «Recibí una carta de sanción y expuse mi endometriosis como motivo de parada. No lo consideraron válido y me enviaron la carta de despido», señaló Aznar.
Esta situación genera un cuestionamiento sobre la dinámica interna de la empresa. Las y los trabajadores del volante suelen detenerse debido a la somnolencia, un fenómeno bien documentado y directamente relacionado con la seguridad vial. Sin embargo, parece que las «razones organizativas» mencionadas por la empresa para justificar ciertas decisiones solo afectan a Aznar. ¿Es este el verdadero rostro de las corporaciones que priorizan la «eficiencia» sobre la salud y el bienestar de las y los empleados?
Desde CGT Andalucía, han calificado el despido como un acto de «misoginia» y «atentado contra sus derechos fundamentales», subrayando que la condición de salud de Aznar ya era de conocimiento de la empresa.
CUANDO LA LEGISLACIÓN SE QUEDA CORTA
A pesar de que recientemente se implementó una ley pionera en Europa que aborda los derechos de salud menstrual y considera bajas por menstruación incapacitante, empresas como ALSA parecen moverse en una dirección opuesta. ¿No debería esta ley servir como un escudo protector para las trabajadoras que enfrentan situaciones adversas relacionadas con su ciclo menstrual?
Paloma Alma, activista de salud menstrual, ve la educación como el principal vehículo para generar cambio. «La educación menstrual desde temprano en las instituciones educativas y laborales es fundamental», enfatiza, agregando que las empresas deberían ser proactivas, promoviendo el bienestar y considerando el ciclo menstrual de las empleadas.
A pesar de las denuncias, la postura de ALSA se mantiene firme, insistiendo que el despido no tiene relación alguna con su condición de género y que respetan «escrupulosamente» los derechos de todo el personal.
Alejandro Lorenzo, concejal de Podemos, expresó su asombro ante tal situación, especialmente en el contexto actual de avances feministas, señalando la incongruencia de tales actitudes empresariales ante la legislación vigente.
LA MENSTRUACIÓN EN EL ÁMBITO LABORAL: UN TABÚ PERSISTENTE
Si bien las conversaciones sobre la menstruación han avanzado, sigue siendo un tema esquivo en muchos entornos laborales. «Antes sentíamos vergüenza de hablar sobre nuestra menstruación con compañeros y compañeras de trabajo», comenta Paloma Alma, quien también destaca una lenta pero firme evolución hacia una mayor apertura mental en los lugares de trabajo.
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