25 Abr 2024
POLÍTICA ESTATAL

Cospedal, Villarejo, Corinna, CNI y la Justicia española: una jornada movida en las cloacas del Estado 

El comisario Villarejo se ha sentado al fin en el banquillo de los acusados para responder ante los presuntos delitos de cohecho, falsedad documental, tráfico de influencias, descubrimiento de secretos y extorsión

Por primera vez el comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde noviembre de 2017, se sienta en el banquillo de los acusados. Se trata del primero de una batería de juicios pendientes contra él por cohecho, falsedad documental, tráfico de influencias, descubrimiento de secretos y extorsión. 

Villarejo está acusado de presuntos delitos de denuncia falsa y calumnias contra Félix Sanz Roldán, ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). La Fiscalía pide para Villarejo dos años de prisión, uno de ellos por las declaraciones presuntamente injuriosas contra Sanz Roldán por decir en el programa de TV  ‘Salvados’ , en mayo de 2017, que el exdirector del CNI había amenazado personalmente a Corinna Larsen para intentar proteger a Juan Carlos I.

«A la princesa Corinna la engañé diciendo que era un abogado que la iba a ayudar con su problema con Sanz Roldán. Me mandó el CNI, mi misión era seducirla, ganarme su confianza, y así lo hice», confesó Villarejo.

CNI y Villarejo

«En 2014, a raíz de los problemas que empecé a tener con el ‘pequeño Nicolás’ y con la Dra. Pinto, a quienes no he visto en mi vida, pensé en retirarme, pero en el CNI  me dijeron que era muy importante recuperar unos documentos que afectaban a la seguridad del Estado», señaló Villarejo

El ex comisario ha señalado respecto al presunto delito de denuncia falsa, este ha ratificado lo que ya denunció en su día: Sanz Roldán filtró al periódico El País un dossier sobre él, que contenía una fotografía que le tomaron bajando de un avión del aeropuerto de Melilla mientras ejecutaba una operación antiterrorista como agente encubierto. 

Villarejo ha dicho en el juicio que «no hay otra persona en el CNI que pudiera haber filtrado esa fotografía. Tengo confianza en la gente que trabaja en el CNI. De hecho, cuando me detuvieron pedí al juez Diego de Egea que mis archivos fueran a parar al CNI para evitar filtraciones, pero Sanz Roldán dijo que no había nada importante ahí…»

«Nunca ha prosperado ninguna denuncia mía contra Sanz Roldán y por eso estoy preso desde hace cuatro años, intervenidas las comunicaciones, grabándome hasta cuando mantengo relaciones íntimas con mi mujer. Tengo casi 70 años y solo tengo un boli y mi memoria, no dispongo ni de ordenador en mi celda para preparar mi defensa», señaló.

La declaración de Larsen

La empresaria germano-danesa Corinna Larsen, que también ha declarado este viernes aunque ella por videoconferencia, ha echado un capote al expolicía. «Me dijo que si no seguía las recomendaciones, él no podría garantizar mi integridad física ni la de mis hijos. Me aterrorizaron esas declaraciones, creo que a cualquier persona», dijo Corinna sobre Sanz Roldán.

Larsen ha manifestado «que en la primavera de 2012 se sintió amenazada «como ciudadana, como persona normal y mujer» cuando sus oficinas y apartamento en Mónaco fue ocupado por una empresa de seguridad contratada por los servicios de inteligencia españoles (CNI).

José García Cabrera, abogado del excomisario, le ha preguntado a la empresaria alemana si había tenido la sensación de ser «una ciudadana amenazada por un jefe de Estado y de los servicios secretos y si eso le hizo sentir miedo», a lo que la empresaria ha contestado afirmativamente. «Sí, estaba decididamente muy asustada. No entendía el motivo y no se me proporcionó una explicación adecuada como ciudadana, a una persona normal, una mujer que se encuentra enfrentada con unas personas tan poderosas en territorio extranjero», ha contestado Larsen. 

Cospedal y Villarejo

Alejándonos del juicio, pero sin dejar el tema: en septiembre de 2018, Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad investigado en la pieza Kitchen, en una conversación con su pareja se refirió a la relación entre María Dolores de Cospedal y José Manuel Villarejo.

«A ella le da igual lo que salga porque todo lo que habló con él era por el bien del Estado, pero tiene cara de preocupada», señaló cuando fueron encontrados los archivos del policía, según informa Europa Press.

En dicha conversación, la esposa le pregunta: «¿Y le has contado?», a lo que Martínez responde que «no hace falta que le cuenta porque ella sabe de sobra lo que hay».

Según otras conversaciones, que constan en el informe redactado por la Unidad de Asuntos Internos de la Policía (UAI), al que ha tenido acceso Europa Press, el ex secretario de Estado de Seguridad intercambió mensajes con Enrique García Castaño, lo que molestó tanto a él como a José Manuel Villarejo, un malestar trasladado por traslada García Castaño a Martínez.

García Castaño y sus contactos con Cospedal y su marido

En esa conversación García Castaño también informa a Martínez de sus contactos con Cospedal y su marido llegando a decir «si saco el pendrive de Bárcenas ¿Qué pasa?».

«¿Nos matarán a todos?» lamenta el mando policial y añade que «López del Hierro se cabreó hoy porque siguen sin dar la cara conmigo, como no espabile el PP le van a dar la del pulpo, aunque me dice un amigo de Susana que antes se matarán entre ellos». Martínez responde le responde : «Sí, eso es muy probable».

A continuación, García Castaño le dice al ex número dos: «Me encontré con la Cospe y su marido, me dijeron que el tema se tenía que haber arreglado ya, que hablaría conmigo. Según el ses (secretario de Estado) ya dio orden que me cambiaran y de forma clandestina volviera a montar el tema catalán». «No se si fiarme», a lo que Martínez contesta: «yo ya no me fío de nadie».

En otra parte del informe se destaca la petición de Villarejo acerca de la necesidad de nombrar como nuevo DAO a Olivera y la presión que ejerció sobre responsables políticos y ministeriales, sobre lo que Martínez parece tener pleno conocimiento: «No hace falta que recuerde quien metió a Villarejo en escena ¿no?», señala el número 2 de Interior.

En noviembre de 2018, Francisco Martínez contactó con periodistas de diarios importantes para saber si se harían eco de la apertura de la pieza número 7 del caso Tándem y al mismo tiempo difundir la idea de que el operativo era un montaje de Villarejo.

Según señala el informe de Asuntos Internos, Martínez se muestra preocupado porque finalmente las pesquisas acaben siendo investigadas en al Audiencia Nacional: «¿Crees que la Audiencia puede entrarle a esto?».

Durante los días en los que los medios comienzan a escribir sobre el operativo tramado para sustraer información al extesorero del PP Luis Bárcenas, el exsecretario de Estado mantiene reuniones con el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz y otras personas al respecto.

Asimismo, en noviembre y diciembre aumenta contactos tanto con el que fue su jefe de prensa  como con periodistas a los que dice que la Kitchen «es una invención».

En una conversación con un periodista llega a decir que si le acaban imputando en la pieza 7 que espera que le pase «los papeles», aunque después matiza que se trata de «una broma».

Tras las primeras declaraciones de los investigados, Martínez idea la estrategia de «marcar y delimitar el problema, V y P (Villarejo y Pino)» y aprovecha para quejarse de que Ignacio Cosidó, ex director general de la Policía, «está como loco metiendo mierda» contra él y le tacha de «cabronazo» por sus declaraciones.

En febrero de 2019, en una conversación con su asistente Iciar de Castro muestra su indignación por las declaraciones de Fernández Díaz y Cosidó y subraya que «los papeles de Bárcenas o su puta madre no me importaban una higa. Que busquen entre los que sí le importaban».

En una conversación de octubre de 2017 entre Martínez y el sacerdote Silverio Nieto señala que su buena opinión sobre García Castaño sólo es superada por su afecto personal hacia él. «Creo que el despropósito que se ha ido generando por darle satisfacción a los periodistas que hablaban de siniestras maniobras en el Ministerio ha llevado a esta estúpida situación en la que quienes de verdad podrían aportar información valiosa han sido excluidos (*) y eso sucede cuando te mueves a ritmo de los digitales».

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