Uno de los recursos más prolijos e intuitivos de los constantes conflictos internacionales es la batalla por el discurso informativo. Las modernas ‘guerras híbridas’, para ello, cuentan -entre otros- con los medios de comunicación, la propaganda y las nuevas tecnologías para consolidar un relato.
Previo y posterior a la ruptura del alto al fuego entre el Sáhara y Marruecos no ha sido baladí la propagación de ciertas ideas, que aunque falseen la verdad, tienen como intención la de fomentar el prisma con un carácter publicitario.
Por parte de Marruecos, durante estos años, ha sido fundamental para tornar de moralina una ocupación con la que sostener una política interna de salvaguarda de Mohamed VI mientras se olvida la causa primera, el expolio de recursos de un territorio sin descolonizar.
Sin embargo, los últimos pasos del reino alauita debían romper el cerco de la legitimidad internacional que amparaba al Polisario, la causa saharaui y a la vía del Referéndum como solución al conflicto.
Ahora bien, en España el asunto se complica, a nivel social el pueblo saharaui sigue alojado a buen recaudo y por ello se ha extremado el incentivo difusor de ciertos pretextos.
En este caso trataré de responder a las posiciones de Paulino Ros, quien tuvo a bien publicar una columna de opinión sobre la posición de Pedro Sánchez en elDiario.es. En esta, para justificar una posición proclive al proyecto de autonomía marroquí, Ros, sugiere e insinúa una contextualización alejada de la realidad, más allá de una postura más o menos acertada en cuestión geopolítica y del Derecho Internacional.
289 víctimas del Frente Polisario en los pesqueros españoles
Ros considera “irreversible” el daño a 289 españoles, trabajadores de los pesqueros, “cuya muerte – según este – se atribuye al Frente Polisario en los años 70 y 80”.
Una exhaustiva búsqueda e indagación al respecto hace indisociable tal cifra a la Asociación Canaria de Víctimas del Terrorismo (ACAVITE), presidida pol Lucía Jiménez.
“Estas familias – explica Ros – contemplan con estupor y rabia como casi todo el arco parlamentario y la prensa española blanquean a alguien que ha sido acusado de crímenes como Brahim Ghali”
La hemeroteca al respecto deja claridades sobre la posición del Frente Polisario, que fue tajante. En abril de 1977 el representante de Canarias celebraba una rueda de prensa en Las Palmas, donde aseguró que no iban a garantizar “la vida de los que transiten por el Sahara o por sus aguas tradicionales”. Este, además, explicó que “Marruecos utiliza la vía marítima para introducir material pesado en el Sahara”.
“Sabemos que desde Canarias se están haciendo operaciones de suministro, y el pueblo canario tiene que comprender que nosotros estamos en una guerra de supervivencia, que mueren diariamente mujeres y niños en los campamentos de refugiados, y el pueblo saharaui no está dispuesto a pasarse la vida en esos campamentos mientras unos invasores ocupan sus territorios” .
En diciembre de ese mismo año el entonces ministro de Asuntos Exteriores de la República Saharaui, Ibrahim Hakim, anunció en Washington que “el Frente Polisario continuará sus acciones contra los barcos pesqueros españoles que faenen en aguas del Sahara Occidental”, y, dijo, que “en el futuro se aplicará sistemáticamente a los pescadores capturados no sólo la legislación internacional sobre soberanía marítima, sino también las leyes españolas al respecto”.
Aún así afirmó que “nosotros no tomamos rehenes, porque estamos contra el terrorismo” y añadió que “cuando un barco viola las aguas territoriales de un Estado del Este y se captura al buque nadie habla de rehenes sino de ejercicio de la soberanía sobre las propias aguas territoriales”.
Hubo más casos, otros reivindicados por el Polisario, otros refutados… Lejos de negar los ataques, que causaron la ‘crisis de los pesqueros’, la Televisión Canaria recogió testimonios de diversos implicados, entre ellos el de Miguel Ángel Rodríguez, superviviente del caso del ‘Cruz del Mar’, quien al ser preguntado por los autores afirmó que “se puede tener alguna idea, pero sin pruebas no puede afirmarse”.
Entre los entrevistados todos concuerdan que las complicaciones radicaron al entrar en una zona en guerra “no engañados, pero sí por desconocimiento”.
Al respecto, incluso se ha llegado a especular, como afirmó uno de los tripulantes de ‘El Junquillo’ – otro de los barcos pesqueros-, que desde España se les pedía que alzaran la bandera marroquí, dando pie al equívoco.
Quienes claman contra estos actos suelen olvidar que Marruecos no quedaría impune. Por aquel entonces ya se ponía el foco sobre los “mercenarios a sueldo del servicio secreto marroquí”.
También existen los hechos constatados, aunque Marruecos siempre se mostró proclive a reconocer ataques a los pesqueros españoles, pero no así a las capturas con finalidad de chantaje.
En mayo de 1980 “Marruecos respondió con el apresamiento de quince pesqueros españoles a la entrevista concedida el viernes pasado por el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja, a una delegación del Frente Polisario presidida por Salek Uld Salek, ministro de Información de la República Arabe Saharaui Democrática. Los pesqueros españoles han sido conducidos a los puertos de Casablanca, Kenitra y Larache”.
Con el inicio de la guerra entre ambos países José López Boza y Enrique Montanchez aseguraban que “desde 1975, los pesqueros que faenan en la costa sahariana han de hacer frente a dos tipos de ataques, los marroquíes y los saharauis”.
De este modo, pudiéndose comprobar los registros noticiosos sobre el tema, es taxativamente verificar unos datos no oficiales, que no han sido investigados.
Secuestro en el Campo de Refugiados de Tindouf
A continuación, afirma Ros, que el Frente Polisario, tras los bombardeos que causaron el éxodo de la mayoría de la población saharaui, se “mantiene prácticamente secuestradas a unas 150.000 personas en Tindouf”.
No podría faltar el adverbio modal que oculte el ‘muro de la vergüenza’, 2.720 km, minas antipersona y centenas de milicias, que han recibido un intenso apoyo técnico y militar de grandes potencias como lo son Francia o Estados Unidos, con el fin de separar a la población saharaui de sus territorios.
Para salir de los Campamentos de Refugiados, más allá del coto de caza que es el reino alauita los ciudadanos se rigen bajo el criterio y leyes que amparan la concesión de visados desde Argelia.
Es complicado, como el tránsito humano más allá de la Unión Europea, que se parapeta de puertas hacia dentro. Las autoridades consultadas exponen que para conseguir este visado con las vistas puestas al otro lado del mediterráneo, “debe tramitarse en Argelia. Se necesita el motivo de la salida y la documentación respectiva”. Estos pueden ser por “reagrupación familiar, oferta de trabajo con un contrato válido, documentación médica de una enfermedad y la acreditación donde será atendido, etc.”.
También, resulta una obviedad que, luego toca analizar las leyes migratorias de cada país. En el caso concreto de querer volar a España – uno de los principales destinos de la población de los Campamentos de Refugiados – y establecerse, además, pueden consultarse los requisitos iniciales de residencia temporal y trabajo en el mismo Portal de Inmigración del Gobierno de España.
Vacaciones en Paz como propaganda
Otro de los puntos ignominiosos del inverecundo reflejo presentado por Ros – ha sido eliminado por el medio- , era el elemento crítico con los niños participantes del proyecto de Vacaciones en Paz, quienes considera armas de propaganda del Polisario, que, a posteriori, deben retornar a los Campamentos.
El proyecto de Vacaciones en Paz comenzó con un esfuerzo mayúsculo del PCE y PSUC en Comunidades Autónomas como Andalucía y Cataluña, a las que paulatinamente se irían sumando el resto.
Núria Salamé, expresidenta de ACAPS, con años al frente de la iniciativa en Cataluña, asegura que “los niños vienen con un pasaporte colectivo y bajo el control de la DGAIA, que es quien marca las pautas”.
Sobre su permanencia explica que “no está permitida, a menos que sea por un motivo de salud justificado, que entonces estos niños se quedan en las casas de enfermos, reguladas también”.
Recuerda que durante las décadas en las que lleva implicada en el proyecto “un año no se presentó un niño y por la mañana la policía ya nos estaba dando la voz de alerta”.
Insinuaciones como dagas
Antes de proceder a exacerbar de forma escueta su solución pragmática, Ros, lanza distintas cuestiones al aire con talante provocativo, sin respuesta, pero con dedo acusador. Seré de respuesta breve, pero cada caso puede desenmarañarse como ovillo.
“¿A nadie se le ha ocurrido investigar quién es Ghali o por qué Argelia y Polisario se niegan a negociar?”. Ghali no es que no haya sido investigado, sino que ha sido puesto ante los tribunales españoles, con sus derechos y deberes, como ciudadano con nacionalidad española. En cuanto a la negativa de negociar… Las divergencias radican en gran medida en el censo hábil para llevar a cabo el Referéndum, bajo el amparo de las Naciones Unidas.
“¿Alguien puede garantizar que en los campamentos de refugiados se respetan los Derechos Humanos o que la ayuda humanitaria llega al destino previsto?”. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aún no ha incluido la supervisión de los Derechos Humanos como tarea de la MINURSO, como pretendía el Frente Polisario.
En lo esencial de la Ayuda Humanitaria, los proyectos se desarrollan a través de Media Luna Roja Saharaui, a veces, en colaboración con entidades como Cruz Roja Española y el dinero aportado es justificado a las Asociaciones de amistad con el Pueblo Saharaui, Ayuntamientos, Delegaciones, etc., de otro modo podría ser perseguido por las autoridades competentes. Por supuesto, todo lo referente a la Ayuda Humanitaria es mejorable, en los Campamentos de Refugiados saharauis, libaneses o, inclusive, en los asentamientos de Huelva o Lleida.
“¿Nadie se acuerda dónde se formó Abu Walid al Saharaui, el líder de Estado Islámico en el Sahel, ‘neutralizado’ por Francia en agosto pasado?”. Surgido del legado del Sáhara español, formado políticamente en el Frente Polisario y becado para estudiar en Argelia. En su retorno, “entre otras misiones, se encargaba de recibir a las delegaciones que visitaban los citados campos”. “Nada hacía pensar que se sumaría al yihadismo más radical”, aseguran desde la prensa española nada proclive a la causa saharaui, “pero una enfermedad y una estancia en Mauritania hizo que se uniera a la ‘katiba’ (grupo armado) Tarik Ibn Zyad, vinculado a Al-Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi)”. “Su primera hazaña de terrorismo internacional fue el secuestro en 2011 de tres cooperantes españoles e italianos, capturados en el campamento de Rabouni, donde tiene su sede el polisario”, como informaban desde la misma agencia de prensa marroquí (MAP). Desde entonces en los Campamentos saharauis se han extremado las precauciones de cara a los visitantes extranjeros de los Campamentos, siendo regulado por la entidad de Control del cuerpo policial.
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