«Solo hice mi trabajo. Cubrí una manifestación y difundí los vídeos», relata el periodista.
«Al periodista Israel Merino le han marcado la casa los nazis de Bastión Frontal por cubrir una manifestación». Así de claro se ha expresado Antonio Maestre ante la situación vivida por el periodista Israel Merino. «¿Hacemos algo Asociación de la Prensa de Madrid, FAPE?», señaló el periodista.
Según relata en un tuit el propio Merino, «solo hice mi trabajo. Cubrí una manifestación y difundí los vídeos». El periodista ha sido «amenazado de muerte», han difundido la ubicación de su apartamento y han pasado sus datos «a sus ‘camaradas’ nazis». «Esto es lo que pasa por hacer periodismo», lamenta.
Solo hice mi trabajado. Cubrí una manifestación y difundí los vídeos.
— Israel Merino?️ (@israelmerino_) May 20, 2021
Me han amenazado de muerte, han difundido la ubicación de mi apartamento y han pasado mis datos a sus «camaradas» nazis.
Esto es lo que pasa por hacer periodismo.
Gracias, @ctxt_es.https://t.co/64dE82L4gJ
En un artículo en el medio CTXT, Merino relata lo sucedido. El miércoles18 de mayo, a raíz de lo sucedido con Marruecos, la organización neonazi Bastión Frontal convocó un acto frente a su embajada, en la calle Serrano de Madrid y el periodista fue a cubrirlo. Relata que en la manifestación hubo «consignas xenófobas, cargas policiales e, incluso, insultos a los compañeros periodistas».
Cuando finalizó la manifestación, llamó a un contacto de La Sexta y le pasó los vídeos a la vez que subía un par de cortes a su cuenta de Twitter. El tuit con los vídeos se viralizó y ahí empezaron las amenazas.
«Venían todas, vía MD de Twitter e Instagram, de cuentas fake con perfiles relacionados con Bastión Frontal», relata el periodista. Señala que es algo habitual y empezó a contestar, pero hubo una amenaza en concreto que le «provocó un escalofrío».

El escalofrío
El miércoles 19, el periodista recibió a través de un mensaje privado de Instagram una captura de pantalla de una ubicación de Google Maps con la ubicación exacta de su piso. «Joder, os reconozco que se me heló la sangre cuando lo vi», relata Merino.
Sin considerarlo suficiente, también le mandó su número de DNI e incluso una foto de «la casa donde vivía con mis padres de pequeño, en mi pueblo».
Tras esto, llegó la extorsión: otro mensaje privado llegó señalando que «tenía cinco minutos para subir un vídeo a mi Twitter posicionándome a favor de Bastión Frontal y pidiendo perdón a la organización por haber grabado los vídeos». Si no lo hacía, su castigo sería que Bastión difundiría sus datos personales.
El periodista se negó a hacerlo y desde la cuenta de Instagram el amenazante señaló que había difundido los datos del periodista a todos «sus amiguitos neonazis». Dijo que “hasta los camaradas de Casa Pound”, un grupo neonazi de Italia, «tienen tu DNI». «Nos vemos en las calles», finalizó la amenaza.
Merino señala que todo este material está en manos de la Policía.
Related posts
Trump aún no controla la justicia
Hoy, la justicia ha defendido el Estado de derecho. No por ideología. No por valentía. Sino porque todavía hay quien entiende que las leyes están para algo más que adornar discursos.
La ultraderecha gana terreno entre banderas ajenas
Chega se convierte en la segunda fuerza en Portugal gracias al voto emigrante. El fascismo posmoderno se viste de desarraigo y antipolítica para colarse por la puerta de atrás del Parlamento.
Opinión | ¿Y ahora qué, Alemania?
Las promesas de “nunca más” frente al genocidio en Gaza
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos