La presidenta de Madrid sigue esquivando la rendición de cuentas mientras su Gobierno riega de millones a la productora de su aliada mediática.
La Asamblea de Madrid ha reabierto sus puertas y, con ella, el escándalo permanente que rodea a la presidenta Isabel Díaz Ayuso. Mientras desde el PP intentan desviar la atención a temas nacionales o a sus habituales fantasmas políticos, la oposición ha puesto el foco en un hecho incontestable: el trasvase millonario de fondos públicos a la productora de Ana Rosa Quintana, Unicorn Content. Más de 11 millones de euros han ido a parar a esta empresa desde que Ayuso se hizo con el control del Gobierno madrileño.
El PSOE-M, con Mar Espinar estrenándose como portavoz, ha llevado el tema al centro del debate: «¿Por qué los madrileños y madrileñas están pagando con su dinero a la productora de Ana Rosa Quintana mientras se externalizan servicios de la televisión pública?». Una pregunta incómoda para Ayuso, que sigue sin dar respuestas convincentes.
El trato de favor es evidente. Quintana es una de las principales altavoces de la propaganda del PP y una pieza clave en su estrategia de desinformación. El regreso de la presentadora a Telecinco se hizo con la presidenta madrileña como primera invitada de honor. Un acto más de la simbiosis entre el poder político y el mediático, donde los bulos y la manipulación tienen un precio: el de los impuestos de la ciudadanía.
Desde Más Madrid, Manuela Bergerot ha sido tajante: «Siguen alimentando con dinero público a escorpiones que propagan bulos mientras desmantelan los servicios públicos de la región». La frase no es retórica, es una descripción fiel de lo que ocurre en Telemadrid, donde el PP ha colocado a sus peones para convertir la televisión pública en su megáfono particular, mientras externalizan contenido a productoras afines.
Ayuso, lejos de dar explicaciones, ha vuelto a su manual de evasión. Atacó a TVE, desvió el tema a la política nacional y evitó cualquier referencia al evidente favoritismo que su Gobierno muestra hacia los medios que le hacen campaña gratuita.
EL NOVIO DE AYUSO Y SU CITA CON LA JUSTICIA
Pero si el caso Ana Rosa ya resulta escandaloso, la otra gran cuestión que acecha a la presidenta de Madrid es aún más grave. El 24 de febrero, su pareja, Alberto González Amador, tendrá que sentarse ante el juez para responder por presunto doble fraude fiscal y falsedad documental.
Desde Más Madrid, Bergerot no ha perdido la oportunidad de recordarlo: «Faltan menos de tres semanas para que declare. Su novio tiene mucho que contar sobre delitos fiscales, empresas pantalla y sus negocios turbios. Lo único que le falta decir a Ayuso es que le fumigan el ático».
El silencio del PP ante este escándalo es ensordecedor. Ni una palabra sobre los presuntos delitos fiscales de González Amador, ni una sola aclaración sobre el impacto de este caso en la credibilidad del Gobierno madrileño. En su lugar, Carlos Díaz-Pache, portavoz del PP en la Asamblea, optó por descalificaciones y chascarrillos, llamando a Más Madrid «la ultraizquierda de bicicleta» y acusando al PSOE de «priorizar a Sánchez frente a los madrileños».
La estrategia es clara: hacer ruido, agitar fantasmas y evitar hablar de lo que realmente importa. Mientras tanto, los datos son implacables: Madrid sigue a la cabeza de la privatización sanitaria, la vivienda es un lujo inalcanzable y la televisión pública se ha convertido en una agencia de colocación para periodistas afines al PP.
El 24 de febrero, Ayuso tendrá que enfrentarse a la realidad. Pero si algo ha demostrado hasta ahora es que, cuando la corrupción la rodea, siempre encuentra a alguien dispuesto a desviar la atención.
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