30 Jun 2025

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Siempre hizo calor, pero no así: diez verdades incómodas sobre el calentamiento global que tu cuñado no quiere escuchar
DESTACADA, MEDIO AMBIENTE

Siempre hizo calor, pero no así: diez verdades incómodas sobre el calentamiento global que tu cuñado no quiere escuchar 

Negar el cambio climático es hoy un acto de privilegio y propaganda, no de ignorancia

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LOS VERANOS SE HAN ROTO: NO SON LARGOS, SON UNA AGRESIÓN METEOROLÓGICA

Cada vez que el termómetro explota, vuelve el mismo disco rayado. “En mi infancia también hacía calor”, dice el cuñado de Andrés con la cerveza en la mano y la nevera de playa como púlpito. “Siempre ha sido así”, remata, como si recordar el bochorno de 1983 sirviera de coartada para excusar 2025. El problema no es el calor: el problema es negar que este calor no es el de siempre.

Frente a los mitos del bar y el relato de la costumbre, la ciencia habla con claridad. No lo dice una profecía apocalíptica ni una agenda conspiranoica: lo confirman las y los meteorólogos, los datos y la historia reciente. A continuación, diez verdades incómodas, con cifras y fuentes, para callar bocas negacionistas y abrir ojos que prefieren no ver.


1. Cinco semanas más de verano: no es percepción, es dilatación térmica

El verano se ha extendido como una mancha de aceite en el calendario. En el Estado español, dura ya unas cinco semanas más que en los años 80. Se adelanta, se alarga y no da tregua. Lo que antes era un trimestre hoy es casi un cuatrimestre abrasador. Los calendarios no han cambiado, pero el clima sí.


2. Un aumento de 1,6 °C que no es inocuo, es estructural

Desde los años 80, el verano español se ha calentado alrededor de 1,6 °C, con un repunte especialmente acusado desde el año 2000. ¿Poco? Cada décima extra de temperatura se traduce en más muertes, más incendios, más enfermedades y menos cosechas. Esto no es un cambio de estación, es una mutación del planeta.


3. Junio ya es julio: el calor extremo se adelanta cinco veces más

Junio ya no es junio. Es julio disfrazado de impaciencia. Hoy en día, es cinco veces más probable que se den episodios de calor extremo en junio. Las y los meteorólogos ya no lo consideran un mes de transición, sino de agresión. La canícula ya no se espera, se impone antes de tiempo.


4. 2025, el junio más cálido de la historia: el récord ya es costumbre

Este junio será el más cálido de toda la serie histórica. Y además con diferencia. Lo más grave no es batir el récord: lo grave es que ya ni sorprende. La anomalía se ha hecho norma.


5. Cinco junios históricos, todos en el siglo XXI: el azar no explica esta racha

2003, 2005, 2017, 2022 y ahora 2025. Son los cinco junios más cálidos desde que hay registros (1961). Todos concentrados en las dos primeras décadas del siglo XXI. El azar no acumula récords así. Lo que los datos reflejan es una tendencia climática inducida, intensificada y prolongada por la acción humana.


6. Las noches tropicales se duplican: no dormir también mata

Las noches tropicales —aquellas con mínimas por encima de 20 °C— se han duplicado en muchas regiones del Estado. Más calor, menos descanso, mayor riesgo de mortalidad, sobre todo entre personas mayores, con enfermedades crónicas o en situación de pobreza energética. No todos sufren igual: hay clases sociales incluso en el sudor.


7. Las olas de calor no son olas: son marejadas sin tregua

Las olas de calor duran tres días más por década, afectan a tres provincias más y aumentan tres décimas por década. Son más largas, más extensas, más intensas. Y no es una predicción, es un presente en llamas.


8. El triple de olas de calor en junio: ni excepción, ni anécdota

Entre 1975 y 2010 se registraron seis olas de calor en junio. Desde 2011, contando la que acaba de comenzar, ya van otras seis. Es decir, en la mitad de tiempo, el triple de frecuencia. El mes que antes daba la bienvenida al verano, ahora lo convierte en amenaza.


9. 2024 fue el año más caluroso de la historia. Y 2023, el anterior.

2023 fue el año más cálido desde que hay registros. 2024 lo desbancó. Y 2025 va camino de repetir el patrón. Esto no es casualidad: es el resultado de un modelo económico suicida que prioriza beneficios sobre biosfera.


10. Por cada récord de frío hay treinta de calor: la balanza ya no existe

En un clima sin alterar, lo esperable sería que hubiera un equilibrio: cinco récords de frío y cinco de calor al año. Pero en los últimos diez años, por cada récord de día frío, ha habido treinta de días cálidos. La estadística ya no es neutra: es un grito político. El planeta está descompensado porque el poder lo descompensó.


EL CALOR NO ES NATURAL: ES POLÍTICO

La humanidad ha desarrollado tecnologías para soportar este calor: aire acondicionado, toldos, refugios climáticos. Pero no todas las personas pueden permitírselas. No es lo mismo vivir en un ático sin ventilación que en un chalet con piscina. No es igual ser anciana sola que tener a alguien que te cuide. El cambio climático no nos afecta por igual, y eso lo convierte también en una cuestión de clase.

La temperatura sube, pero la responsabilidad no se reparte. No son los pueblos ni las clases populares quienes queman el planeta. Son las grandes fortunas, las multinacionales fósiles, los gobiernos sumisos al capital. No es la humanidad la que ha provocado esta crisis: es el sistema.

Y cuando el sistema abrasa el presente, la rebeldía es una forma de futuro.

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