El diario francés retrata en un demoledor reportaje cómo España se ha convertido en un laboratorio internacional de propaganda de extrema derecha basada en influencers-periodistas, redes sociales y ataques al corazón mismo de la democracia
UNA GUERRA CULTURAL VESTIDA DE PERIODISMO
La escena se repite ya sin pudor: periodistas profesionales abandonando la sala de prensa del Congreso para no legitimar las diatribas de agitadores disfrazados de informadores. Lo que hace años habría sido motivo de escándalo hoy es rutina. Y no son sólo síntomas de la degradación política española: son el núcleo de un modelo que ya exportamos con éxito. Así lo alerta este viernes Le Monde, que dedica un extenso reportaje a la “constelación porosa de influencers-periodistas al servicio de la extrema derecha” que opera desde y contra las instituciones democráticas españolas.
Lo que describe el diario francés es una maquinaria perfectamente engrasada. Al frente, un puñado de plataformas —EDA TV, Ok Diario, El Toro TV, Libertad Digital— cuyo objetivo no es informar sino fabricar clips virales para TikTok, X, YouTube o Instagram. No buscan respuestas en las ruedas de prensa, buscan imágenes de confrontación. No quieren datos: quieren humillaciones, huidas, desbordes emocionales que puedan explotar bajo titulares como “la izquierda no contesta” o “los medios callan”.
Como señala en el reportaje el periodista Miquel Ramos, autor de De los neoconservadores a los neonazis, no se requiere gran inversión: basta con revestir de “periodismo” contenidos diseñados para alimentar la máquina de la indignación digital. El Congreso se convierte en plató, las redes en amplificadores, y el “influencer-periodismo” en punta de lanza de una guerra cultural que no respeta reglas democráticas.
REDES DE PODER Y EXPORTACIÓN DEL VENENO
El caso de Estado de Alarma TV, creado por Javier Negre en 2020, es paradigmático. Expulsado de El Mundo por “competencia desleal”, Negre ha convertido su canal en una factoría de agitadores. Bajo su batuta, perfiles como Vito Quiles (520.000 seguidores en Instagram) o Bertrand Ndongo (“el negro de Vox”) han pasado de la irrelevancia a ser herramientas clave en la ofensiva ultra. No es casual: Negre se enorgullece de transformar “jóvenes de aspecto progre” en caballos de Troya del nuevo reaccionarismo.
La estrategia es clara: colonizar el espacio público, intoxicar el debate, destruir las barreras entre información y propaganda. Pero lo más inquietante no es su éxito local, sino su proyección internacional. Le Monde detalla cómo Negre ha adquirido el 50 % de La Derecha Diario, medio vinculado al círculo de Javier Milei, y cómo ha sellado alianzas con Visegrad24, potente difusor de propaganda proisraelí y reaccionaria. Además, sus conexiones alcanzan a consultores de Bolsonaro y Kast. España ya no es sólo laboratorio: es plataforma de exportación de técnicas de intoxicación ultra.
EL APOYO SILENCIOSO DEL PODER ECONÓMICO Y POLÍTICO
Nada de esto sería posible sin complicidades internas. El grupo Intereconomía —radios Libertad e Intereconomía, canal El Toro TV— funciona desde hace años como brazo mediático de Vox. Fundado por el exdiputado del PP Julio Ariza, ha normalizado la presencia de ideas ultra en los espacios de la derecha tradicional. La frontera entre PP radicalizado y extrema derecha mediática es cada vez más difusa.
Pero hay más. Entre los accionistas de EDA TV figura Marco de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola España y exdiputado de Ciudadanos, ahora simpatizante de Vox. Y Ayuso riega a estos medios con dinero público vía publicidad institucional. Los ataques a la prensa profesional y la glorificación de los influencers reaccionarios no son un subproducto del sistema: son una estrategia sostenida desde el poder.
El propio Negre lo deja claro: si les vetan el acceso al Congreso, llevarán su confrontación a las calles, de forma “más agresiva”. Es una amenaza en toda regla. Y una muestra del desprecio absoluto por las normas democráticas que caracteriza a esta nueva ofensiva ultra.
UNA RESPUESTA QUE LLEGA TARDE
Frente a este panorama, la respuesta institucional es débil. El PSOE tramita una reforma para que se puedan revocar las acreditaciones a quienes “obstaculicen gravemente” el funcionamiento del Congreso. Pero PP y Vox ya maniobran para boicotearla. Mientras tanto, la Asociación de Periodistas Parlamentarios clama contra un fenómeno que erosiona directamente el derecho constitucional a la información.
El artículo de Le Monde actúa como un espejo incómodo. Desde fuera se ve con claridad lo que aquí muchos se empeñan en trivializar. España se ha convertido en un nodo clave en la internacionalización del nuevo autoritarismo digital, basado en la viralización de odio, la destrucción del debate público y la colonización del espacio mediático. Un modelo que hoy exportamos con éxito. Y que dentro seguimos sin combatir con la urgencia que exige.
La maquinaria ya está montada. Y mientras las instituciones y el periodismo profesional vacilan, los enemigos de la democracia perfeccionan cada día su guerra cultural. No es una moda. No es marginal. Es el futuro que nos preparan. Y el hecho de que hoy lo describa con alarma Le Monde debería sacarnos de una vez de nuestra complacencia suicida.
Cuando Le Monde desnuda la maquinaria ultra que España exporta al mundo
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Ahora parece qiue les preocupa alos europeos, francia, inglaterra que la ultra derecha ataque viralmente la democracia, estos países junto con rusia y eeuu acabaron con el nazismo, pero se «olvidaron» de españa a partir de 1936, es mas dejarón que los fascistas ganaran la guerra del golpe de estado de 1936, de aquellos barros estos lodos. Si hubieran intervenido y ayudado a la república a echar tambien a los fascistas=franquistas de España, las cosas igual seguramente serían de otra forma en España. Tarde llegáis franceses, tarde
És el cáncer del mundo,hay que extirparlo,antes de qud acabe en metástasis.
Lo que llama ultra derecha el monde es realmente democracia con toques libertarios. La izquierda es extrema izquierda totalitaria a la imagen de la bolivariana y no hay más que ver que la toma de la Justicia, de puestos claves en las elecciones (INDRA) de la televisión pública…