La gira «Combatir la oligarquía» congrega multitudes mientras el Partido Demócrata sigue paralizado
Mientras el Partido Demócrata de Estados Unidos sigue en estado de shock tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Bernie Sanders ha decidido tomar las riendas. El veterano senador por Vermont, de 83 años, ha iniciado una gira nacional bajo el lema «Combatir la oligarquía», que ha reunido a decenas de miles de personas en actos por todo el país. A su lado, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), de 35 años, emerge como el relevo natural de la izquierda norteamericana. El mensaje es claro: frente al autoritarismo y la plutocracia, solo queda la movilización popular.
En solo cinco eventos, más de 86.000 personas se han congregado para escuchar el mensaje de Sanders y Ocasio-Cortez. Los mítines en Las Vegas (Nevada), Greely y Denver (Colorado), y Tempe y Tucson (Arizona) han sido multitudinarios, reflejando el malestar de una clase trabajadora abandonada por las élites políticas y económicas. «La gente está harta de la codicia de la clase multimillonaria», advirtió Sanders. «Están hartos de un sistema político corrupto que deja atrás a la clase trabajadora».

SANDERS Y OCASIO-CORTEZ ENCARAN A LA CLASE MULTIMILLONARIA
La gira de Sanders ha sido presentada como una respuesta directa a la deriva autoritaria de Trump y al poder desmedido de la oligarquía económica. Sanders señaló que los tres hombres más ricos del mundo —Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg— no solo asistieron a la investidura de Trump el pasado 20 de enero, sino que están financiando activamente su agenda política. «Tenemos un gobierno de la clase multimillonaria, para la clase multimillonaria, por la clase multimillonaria», denunció Sanders en Tempe.
Elon Musk donó más de 250 millones de dólares a la campaña de Trump, y Sanders no lo dejó pasar: «No vamos a permitir que usted, su amigo el señor Musk y los demás multimillonarios causéis estragos en las familias trabajadoras de este país. No vais a destruir la Seguridad Social. No vais a destruir Medicaid. No vais a destruir la Administración de Veteranos», proclamó Sanders en Denver.
El veterano senador ha dejado claro que esta no es solo una batalla contra Trump, sino contra el modelo económico que permite que unos pocos acumulen riqueza a costa de la mayoría. «Nuestra lucha es asegurarnos de seguir siendo una democracia. Una persona, un voto. No multimillonarios comprando elecciones», sentenció Sanders, mientras las multitudes coreaban su nombre.
En Denver, Sanders consiguió convocar a más de 34.000 personas en un acto al aire libre, el mayor mitin de su carrera política. «Nunca hemos tenido un mitin tan grande como este», reconoció. «El mensaje es claro: no al autoritarismo. No a la oligarquía. No al trumpismo».
Pero Sanders no solo se ha limitado a la denuncia. También ha llamado a construir una alternativa política: «Nuestro trabajo no es solo jugar a la defensiva. También tenemos que pasar a la ofensiva. Eso significa tener una visión de hacia dónde queremos ir como nación». La izquierda estadounidense, marginada durante décadas por el establishment demócrata, está lista para dar la batalla.
Today, @AOC and I had 34,000 people come out in Denver.
— Bernie Sanders (@BernieSanders) March 22, 2025
It is the largest rally that I have ever had.
And it tells me that the American people will not allow Trump to move us into oligarchy and authoritarianism.
We will fight back. We will win. pic.twitter.com/g8ThlYwmlY
ALEXANDRIA OCASIO-CORTEZ: EL RELEVO DE LA IZQUIERDA
Si Sanders ha sido la voz de la izquierda durante la última década, Alexandria Ocasio-Cortez se está consolidando como la cara visible de la nueva generación progresista. Sanders no ha escatimado elogios hacia la congresista por Nueva York: «Ella se ha convertido en una inspiración para millones de jóvenes», afirmó en Denver.
Ocasio-Cortez creció en una familia trabajadora del Bronx, trabajó como camarera y logró derrotar a un veterano demócrata en las primarias de su distrito. Ahora, con solo 35 años, es una de las voces más influyentes del Congreso. Su discurso en la gira ha sido claro y directo: no solo hay que enfrentarse a Trump, también hay que reformar el Partido Demócrata.
«Esto no es solo cosa de los republicanos. Necesitamos también un Partido Demócrata que luche más duro por nosotros», dijo en Tempe. La congresista criticó con dureza a los diez senadores demócratas que votaron a favor de un proyecto de ley republicano que recorta el gasto social. Entre ellos está el líder de la mayoría demócrata, Charles Schumer, quien justificó su decisión para evitar un cierre parcial de la administración.
Pero para Ocasio-Cortez, el problema no es solo táctico, sino estructural. «Los mismos multimillonarios que están destrozando nuestro país obtienen su poder dividiendo a los trabajadores», afirmó en Tucson. Frente a esto, Ocasio-Cortez propuso construir redes de apoyo comunitario: «La comunidad es el pilar más poderoso que tenemos contra el fascismo, para derrotar el autoritarismo y erradicar la corrupción».
La congresista destacó que la respuesta a la gira ha sido histórica: «86.000 personas en solo tres días». La mitad de los asistentes a los mítines no estaban previamente en ninguna base de datos o lista de contactos de campaña. «Lo que está sucediendo ahora es diferente. Debemos aprovechar este momento para contraatacar y defender nuestra democracia», afirmó Ocasio-Cortez.
El reto de Ocasio-Cortez es doble: mantener el apoyo de la izquierda y ampliar su base hacia sectores más moderados, especialmente en estados clave como Michigan, Pensilvania y Wisconsin, donde Trump ha capitalizado el descontento de la clase trabajadora.
Por ahora, la congresista ha dejado claro que no va a ceder en sus principios. Ha defendido con firmeza la subida del salario mínimo, el acceso universal a la sanidad y la imposición de impuestos a las grandes fortunas para financiar programas sociales. «Esto no se trata de etiquetas partidistas. Se trata de solidaridad con la clase trabajadora», afirmó en Tempe.
La batalla por el alma del Partido Demócrata está en marcha. Y esta vez, Sanders y Ocasio-Cortez no piensan retroceder.
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Hay esperanza.
Ojalá y se pueda frenar ese grosero y autoritario gobierno.