Mientras Musk apuesta por la monetización agresiva y la flexibilización de normativas contra discursos de odio, Bluesky ha prometido no caer en las garras de la publicidad basada en datos privados.
Bluesky, la plataforma nacida como un experimento interno de Twitter en 2019, está arrasando tras las elecciones presidenciales en las que Donald Trump recuperó el poder. En tan solo un año ha pasado de 3 millones de usuarios a 25,9 millones, con un crecimiento explosivo de un millón de nuevas cuentas al día durante los últimos ocho días de 2024. El ‘efecto Trump’ ha provocado que miles de usuarias y usuarios deserten de X (antes Twitter), buscando un espacio menos hostil y más libre.
La plataforma, liderada originalmente por Jack Dorsey, se ha convertido en el refugio de quienes rechazan la deriva autoritaria de X, bajo el control de Elon Musk, confeso simpatizante de Trump. Aunque Dorsey abandonó el consejo de administración de Bluesky en 2024, criticando que la red repetía «todos los errores de Twitter», su huella sigue presente en la filosofía del proyecto.
La situación es paradójica: un espacio creado dentro del propio Twitter hoy lidera una fuga masiva de usuarios desencantados. Mientras Musk apuesta por la monetización agresiva y la flexibilización de normativas contra discursos de odio, Bluesky ha prometido no caer en las garras de la publicidad basada en datos privados.
La frase es clara: “No queremos vender datos de usuarios para subsistir”, afirmó la empresa en 2023. Con esta declaración, marcaron distancia frente al modelo hegemónico que prioriza beneficios a costa de la privacidad.
UN CRECIMIENTO IMPARABLE Y SUS NUEVOS RETOS
La entrada de nuevos usuarios y usuarias ha sido tan rápida que la compañía se vio obligada a anticipar la instalación de nuevos servidores. La directora de operaciones de Bluesky, Rose Wang, explicó a Business Insider que el volumen de actividad superó sus expectativas. “Tuvimos que adelantar las compras de infraestructura previstas para el próximo año”, señaló.
En 2024, Bluesky cerró una ronda de financiación Serie A de 15 millones de dólares, tras una ronda semilla de 8 millones el año anterior. Ahora, la compañía negocia con Bain Capital Ventures una nueva inyección de capital que la valuaría en 700 millones de dólares. Sin anuncios y sin un modelo publicitario tradicional, la pregunta es evidente: ¿podrá sobrevivir en un ecosistema dominado por gigantes que devoran nuestros datos?
Bluesky también ha apostado por ofrecer funciones familiares para quienes migran desde X: hashtags, mensajes directos, trending topics y videos compartidos. Sin embargo, su promesa de una experiencia sin algorítmos intrusivos ni vigilancia digital le ha otorgado un aura utópica que muchos están dispuestos a explorar.
En este contexto, Spanish Revolution también ha dado el salto a esta red social en plena expansión. Si buscas información veraz, crítica y comprometida, nos encontrarás en Bluesky. Puedes seguir nuestro perfil aquí: https://bsky.app/profile/spanishrevolution.bsky.social.
El auge de Bluesky plantea un interrogante crucial: ¿es posible construir redes sociales sin ceder ante los mecanismos de vigilancia y explotación de datos? Mientras Musk capitaliza cada clic, la apuesta de Bluesky será un campo de batalla por el control de las interacciones digitales. El desenlace podría cambiar la historia de internet.
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