La estrategia de Feijóo, lejos de consolidar su liderazgo, ha expuesto las fisuras dentro del PP y ha suscitado un debate nacional sobre la coherencia y la integridad de las propuestas políticas.
El Partido Popular (PP), liderado por Alberto Núñez Feijóo, enfrenta un dilema existencial que amenaza con reconfigurar el tablero político nacional. A tan solo una semana de las cruciales elecciones en Galiza, el PP ha decidido nacionalizar una campaña que debía centrarse en lo autonómico, revelando negociaciones que incluyen amnistías e indultos, poniendo en tela de juicio la coherencia y la fidelidad a su propio discurso de años.
ENTRE INDULTOS Y AMNISTÍAS
Las declaraciones públicas de Feijóo sobre las negociaciones con Carles Puigdemont y Junts han sacudido el panorama político español. “Lo que tendrán que haber sido las negociaciones de Feijóo con Puigdemont para que salgan a filtrar posibles indultos después de que Puigdemont publicara una carta diciendo que ‘todo se sabrá’. Cojan palomitas”, tuiteó Maestre, señalando la intriga y el escepticismo ante la posibilidad de que el PP haya considerado medidas que históricamente ha criticado.
El PP, en un intento por coger una porción de poder que dé por buenas sus estrategias políticas, ha contemplado opciones que van desde la amnistía hasta el indulto condicionado de Puigdemont, revelando una disposición a transigir principios anteriormente inamovibles. La revelación de estas negociaciones no solo ha causado sorpresa sino que ha generado una ola de críticas por parte de sus propios simpatizantes y adversarios políticos por igual.
UN GIRO INESPERADO EN LA CAMPAÑA GALEGA
La decisión de Feijóo de introducir el tema de la amnistía en plena campaña electoral gallega ha trastocado los planes de Alfonso Rueda y del PP gallego, quienes buscaban centrar el debate en asuntos estrictamente autonómicos. El PP galego quería centrar su estrategia en los asuntos autonómicos, y había marcado como objetivo a Ana Pontón, la candidata del BNG, tachándola de ser una sucursal del independentismo catalán y vasco, pero Feijóo ha sacrificado a Rueda ante los altares del interés político, evidencia la disonancia entre las estrategias nacionales y autonómicas del partido.
El intento de Feijóo por presentarse como un agente de reconciliación en Cataluña, proponiendo soluciones que hace poco habrían sido impensables para el PP, ha generado una crisis de identidad dentro del partido y ha proporcionado munición a sus críticos. “El colmo. El PP al más alto nivel admite que: 1. Habría indultado a Puigdemont. 2. Estudió conceder la amnistía. 3. La vía de probar el terrorismo no tiene recorrido judicial. 4. Es necesaria una ‘reconciliación’ con Cataluña”, tuiteó Daniel Basteiro, poniendo de manifiesto la disrupción del discurso tradicional del PP.
CRÍTICA Y REIVINDICACIÓN
La estrategia de Feijóo, lejos de consolidar su liderazgo, ha expuesto las fisuras dentro del PP y ha suscitado un debate nacional sobre la coherencia y la integridad de las propuestas políticas. La revelación de estas negociaciones y la posterior confirmación de la disposición a contemplar indultos y amnistías han abierto un abismo entre lo prometido y lo practicado, erosionando la confianza en el liderazgo de Feijóo y desafiando la identidad del PP como bastión de la unidad nacional y el orden constitucional.
El manejo de esta crisis por parte de Feijóo y del PP será determinante no solo para el resultado de las elecciones en Galiza sino para el futuro político del partido a nivel nacional. Las elecciones gallegas se han transformado en un referéndum sobre la capacidad de Feijóo para navegar las turbulentas aguas de la política española y su incapacidad de mantener un equilibrio entre la integridad de sus principios y la adaptabilidad requerida por las circunstancias.
La capacidad del PP para recuperarse de esta implosión autoinfligida y redefinir su narrativa política será crucial en los próximos meses. El debate sobre los indultos y la amnistía ha demostrado que, en política, las verdades absolutas son raras y que las estrategias de reconciliación, aunque necesarias, deben ser manejadas con cuidado para no alienar a la base electoral ni comprometer los principios fundamentales.
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