24 Nov 2024

Blog

Marcial Dorado y Feijóo: las mentiras de las que no puede librarse
POLÍTICA ESTATAL, PRINCIPAL

Marcial Dorado y Feijóo: las mentiras de las que no puede librarse 

Para 1995, Dorado ya era un personaje reconocido, habiendo sido detenido en 1983 y 1990, en el marco de la ‘Operación Nécora’ contra el narcotráfico

Marcial Dorado Baúlde y Alberto Núñez Feijóo, dos nombres que, pese a navegar en diferentes corrientes de la vida, se cruzaron durante un verano de 1995 en la ría de Vigo, capturados en una foto publicada por ‘El País’. Esta vieja amistad, cargada de enigmas y opacidades, irrumpe como un espectro inquietante en la última etapa de la campaña del 23J.

Feijóo, ahora candidato a la presidencia, ha demostrado una sorprendente amnesia selectiva, especialmente en lo que se refiere a sus encuentros con Dorado, quien en ese entonces ya tenía fama por sus actividades ilícitas. Tras años de evasivas, es hora de hacer un recuento de las omisiones y contradicciones que envuelven a Feijóo en un velo de cuestionable integridad.

ENREDO DE CONTRADICCIONES: LA TRAMA INEXPLICABLE

El escándalo emergió en 2013, pero en lugar de clarificar la situación, Feijóo se embrolló en un laberinto de explicaciones incongruentes. No se trataba de una simple fotografía en un barco, sino de un lazo de camaradería que se entrelazaba con actividades sospechosas. Feijóo, que en aquel momento ocupaba destacados puestos en la Xunta de Galicia, parecía disfrutar de la opulencia de la vida junto a Dorado, cuyos antecedentes en actividades ilegales ya eran conocidos por la sociedad.

Ambos compartían comidas, escapadas a la montaña, viajes a Cascais, Ibiza y los Picos de Europa, y celebraban la Nochevieja como solo dos buenos amigos pueden hacerlo. Y ahora, a pesar de las pruebas fotográficas y de los testimonios de las y los que estaban allí, Feijóo alega no recordar quién pagó todas esas experiencias de lujo. Un detalle, quizás, pero un detalle que habla volúmenes.

LA FIGURA OMNIPRESENTE: OPERACIÓN NÉCORA

Para 1995, Dorado ya era un personaje reconocido, habiendo sido detenido en 1983 y 1990, en el marco de la ‘Operación Nécora’ contra el narcotráfico. Para ese entonces, no era ningún secreto la transición que los capos del contrabando habían iniciado hacia el negocio de las drogas. Pero Feijóo, en su delirante intento por desvincularse, afirma que en aquel momento no tenía forma de conocer el origen de Dorado: “En aquel momento no había Google ni todas estas cosas para conocer el origen de todas las personas que vamos conociendo en la vida“.

LA TRAMA DE MENTIRAS: CONFESIONES Y CONTRADICCIONES

Esa es solo la primera de las mentiras que acompañan a Feijóo en este enredo. En 2020, admitió durante una entrevista en el programa Salvados, presentado por Jordi Évole, que sabía de las actividades de contrabando de Dorado. “Había personas que se habían dedicado al contrabando de tabaco; sí lo sabía. Pero de un asunto pendiente con la justicia, jamás tuve conocimiento”, se excusó.

Además, Feijóo aceptó que lo que tenía con Dorado era una amistad, a pesar de haberlo negado anteriormente, asegurando que no eran más que “simplemente unas fotos”. “He tenido amistad con esta persona”, admitió finalmente. Esa es la segunda mentira.

Además, reconoció haber sido amiga de la persona que los presentó, Manuel Cruz, un chofer de la Xunta, el cual, según el Servicio de Vigilancia Aduanera, era el hombre de paja del capo arousano, quien nunca pudo ser juzgado porque falleció en un accidente de coche en 1999.

Y aquí entra la tercera mentira, porque Feijóo siempre insiste que cortó su relación con Dorado en 1997, sin embargo, hay pruebas de conversaciones telefónicas entre ambos grabadas durante pesquisas policiales que comenzaron en 2001, evidencia que demuestra que su relación perduró más tiempo. De hecho, Dorado asegura que la amistad se mantuvo viva hasta 2003.

“FOTOS DIFÍCILES DE EXPLICAR”

Son “unas fotos difíciles de explicar”, reconoció Feijóo en La Sexta. Y es que, a pesar de los años transcurridos, muchos aspectos de esta relación siguen sin estar claros. ¿Por qué Feijóo preguntó al chofer de la Xunta si era el testaferro de Dorado si, según sus propias palabras, no sabía que su amigo arousano se dedicaba a actividades ilícitas?

También queda en el aire cómo es posible que el delegado del Gobierno en Galicia de la época le advirtiese, en 2003, de que esas fotos habían sido halladas en casa de Dorado en el marco de una investigación sujeta a secreto de sumario.