La cantante se ha enfrentado a críticas y alabanzas con tintes paternalistas tras publicarse unas fotos suyas en bikini.
Tras actuar en la final de la Champions y antes de continuar con su gira Familia, la cantante Camila Cabello disfrutó de unas vacaciones en la costa de Nápoles, donde los paparazzi robaron diversas fotos suyas en bikini.
El diario sensacionalista británico Daily Mail publicó dichas fotografías luciendo un bikini naranja con la excusa de celebrar que Cabello “mostrase sus curvas” en su “descarada exhibición con un diminuto bikini naranja”.
Acto seguido otros medios publicaron las fotografías: “Camila Cabello presumió sus curvas y celulitis con un bikini: ya no le preocupan las críticas»; “Camila Cabello da un mensaje de amor propio: usa bikini e impacta con su cuerpo real”; “Camila Cabello da una lección mostrando su cuerpo natural y sin retoques”.
Como resaltan en una columna publicada en El País «el problema de esta retórica es que Camila Cabello no estaba presumiendo de nada, ni enviando un mensaje: simplemente estaba pasando un día en el mar con su familia».
Como bien comentó una usuaria de Twitter en un tuit que se volvió viral: “Lecciones de amor propio, ¿existir, irse de vacaciones, tener un cuerpo, dicen?”.
“En el fondo, estos mensajes con un tono más positivo inciden en lo mismo: son un recordatorio de lo que no está dentro del estándar”, apunta para el rotativo Raquel Carrera, activista, cocreadora de la plataforma de positividad corporal SoyCurvy y coautora junto a Lidia Juvanteny del libro La revolución del amor propio, “una persona no es valiente por enseñar un cuerpo que no está dentro del estándar. El hecho de recalcar que mostrar un cuerpo fuera del cánon es una actitud valiente o aleccionadora se da porque, en el fondo, la diversidad corporal todavía no está aceptada. No se acepta que la inmensa mayoría de las mujeres tengan celulitis o que las mujeres en bañador tengan lorzas, flacidez o michelines. Esto es negar la realidad corporal de las mujeres y obligarlas a mantener la exigencia de que siempre deben estar perfectas, incluso en una postura relajada en la playa. Este mensaje es lo contrario a empoderante”.
“No se acepta que la inmensa mayoría de las mujeres tengan celulitis o que las mujeres en bañador tengan lorzas, flacidez o michelines. Esto es negar la realidad corporal de las mujeres y obligarlas a mantener la exigencia de que siempre deben estar perfectas, incluso en una postura relajada en la playa. Este mensaje es lo contrario a empoderante”.
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