Se confirma con esta frase el tinte homófobo del asesinato de Samuel
«Vaya la que le he dado al maricón de mierda». La inculpatoria frase pronunciada con posterioridad al asesinato por el supuesto principal agresor (designado por la investigación como “agresor 1″) de Samuel Luiz en La Coruña, avala claramente lo que llevamos un mes defendiendo: la tesis del asesinato tendría motivaciones homófobas. Fuentes implicadas en el caso informaron de estos hechos a La Razón.
Los agresores se reunieron en un parque cercano después de lo ocurrido en la playa de Riazor y en la calle Buenos Aires. Los presuntos agresores de Samuel no se arrepintieron ni mostraron miedo a ser descubiertos tras la paliza. Lo sabe la policía porque alguien les delató, se reunieron todos en el parque, una hora y media después de la paliza.
Tal fue la inconsciencia de estos agresores que la única precaución que tomaron antes de su detención fue borrar sus conversaciones de WhatsApp. La policía ha volcado esas conversaciones para ver si se deduce que hubo una motivación homófoba en la agresión. Solo una testigo, Lidya, escuchó el grito de maricón con la que se inició.
La Brigada de Policía Judicial cuenta con un testimonio, según señala el medio, en la que una persona relata con detalle los comentarios que hicieron los agresores, entre los que figura la referencia a Samuel como “maricón de mierda”.

Pueden implicarse aún más
La Policía no ha concluido aún el volcado de los móviles de los agresores, por lo que pueden surgir nuevas conversaciones que pueden implicar aún más a los presuntos agresores.
Según las técnicas de que se dispone en estos momentos la Policía, se podrán recuperar esos mensajes en los que, a la vista de los comentarios hechos en la reunión que mantuvieron en el parque, podrían encontrarse evidencias de las motivaciones que los llevaron a asesinar a Samuel.
De acuerdo con los datos facilitados por las mencionadas fuentes, la palabra “maricón” dirigida como insulto hacia la víctima se habrá pronunciado, al menos, en dos ocasiones: en el momento de la agresión, según relata una testigo presencial, y, con posterioridad, en la reunión de los agresores en el parque.
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