Nadia fue obligada a trabajar con dolores y una hemorragia vaginal durante seis días
Nadia (nombre ficticio para preservar su intimidad) nació en 1976 en una pequeña ciudad de la provincia de Errachidia, Drâa-Tafilalet, Marruecos. Como otras miles de mujeres de del país, acudió a la selección que las patronales agrarias realizaron en diciembre de 2019 para contratar a unas 20.000 trabajadoras como temporeras en los campos de frutos rojos de la provincia de Huelva.
Debido a la pandemia de Covid-19, más de 14.000 mujeres no pudieron venir para la temporada de frutos rojos de 2020. Nadia llegó a Algeciras el pasado 7 de abril para incorporarse a la campaña. El 8 de abril fue dada de alta como jornalera y ese mismo día comenzó a trabajar recolectando frambuesas.
El 15 de abril, durante su octavo día de trabajo, Nadia, notó que “echaba mucha sangre” y le comunicó a “los responsables de la empresa” que tenía una hemorragia vaginal para que la llevaran al médico, pero nadie le echó cuenta y solo le indicaron que siguiera con su faena, denunció desde el asentamiento de Lucena del Puerto en una conversación mantenida con La Mar de Onuba.
Durante varios días continuó trabajando, perdiendo sangre y sufriendo dolores, hasta que el día 20 de abril una de las personas encargadas de la explotación le dijo que ese día se quedase en los alojamientos ubicados en la misma finca y no acudiese al trabajo. Nadia pensó alguien vendría para llevarla al médico pero varias horas después, se dio cuenta de que aquello no iba suceder.
El día 21 de abril, Nadia se escapó de la finca con el objetivo de llegar a un consultorio médico, ya que la hemorragia no había cesado. Cuando llevaba andado un buen trecho, fue abordada desde un vehículo por un hombre y una mujer. Eran los “encargados” en la empresa. Le pidieron que entrara en el coche, Nadia pensó de nuevo que la llevarían al médico, pero tampoco sucedió esta vez.
El vehículo dio la vuelta y regresó a la finca, mientras la mujer le gritaba e insultaba por haber salido sin haber informado a la empresa. Le dijo que ella «no podía ir ningún sitio ni relacionarse con nadie del exterior sin autorización de la empresa» y que lo que había hecho era muy grave.
Violencia laboral
Ya en los alojamientos, fue obligaba a recoger sus cosas “a gritos y empujones” y le dijeron que tenía que irse. Nadia recogió sus pertenencias, con miedo y llorando, sin entender qué estaba pasando. La obligaron a subir de nuevo al mismo coche y la llevaron a las oficinas de la empresa en Cartaya, donde casi le pegan.
Allí tuvo que firmar “muchos papeles” sin saber ni lo que estaba firmando y de los que no le dieron copia. Los únicos documentos que le entregaron fue su nómina y un Certificado de Empresa que acreditaba que Frespalacios SL había cotizado a la Seguridad Social por los 11 días que Nadia había trabajado en la cooperativa. En el certificado podía leerse que el motivo de la extinción de la relación laboral era: Cese en periodo de prueba a instancia del Trabajador.
Después la llevaron a la salida del pueblo y allí la dejaron sola al lado de un hotel o un bar. Las últimas palabras de Rachid, la intérprete de la empresa fueron: “Dale gracias a Dios que sólo te han echado. Podrían hasta encerrarte en cualquier lugar, donde nadie supiera nada de ti”.
Llamadas desde la desesperación
Nadia muy asustada, y sin saber hablar español, llamó a algunas personas que conocía pero nadie pudo o quiso ayudarla. Finalmente, un joven marroquí se ofreció a ayudarla y tras unas llamadas fue acogida por una pareja en una chabola de unos de los asentamientos de Palos de Frontera, donde pasó tres días muy débil, sin apenas poder beber y con muchos dolores.
El sábado 24 de abril, una de las personas que la acogió la llevó al Hospital Juan Ramón Jiménez. Según la documentación a la que ha tenido acceso La Mar de Onuba, durante todos esos días Nadia había estado sufriendo un cólico nefrítico. Los médicos le dieron un tratamiento con el que ha mejorado y se siente con fuerzas para trabajar.
Las últimas dos semanas las ha pasado, sin trabajo y apenas dinero, en una “chabola de alquiler” que un paisano le había cedido gratuitamente por unos días. Allí alguien le informó de la existencia del colectivo Jornaleras en Lucha. Desde el sábado 15 de mayo, Nadia duerme en un habitación de acogida gestionada por la ONG Fecons en Lepe y por primera vez sonríe al ver la cama en la que dormirá esa noche.
Aunque no sabe cuánto tiempo podrá permanecer con Fecons, sí sabe que está decidida a permanecer en España y conseguir un trabajo como jornalera como el que le habían prometido hasta final de campaña.
Más de 12 millones de euros en multas por infracciones laborales en el campo
La campaña agraria de Inspecciones de Trabajo y Seguridad Social (ITSS), iniciada por el Ministerio de Trabajo en mayo de 2020, ha detectado hasta el momento 2.012 infracciones por situaciones de economía irregular y trabajo de personas de origen extranjero, imponiendo sanciones a las empresas por un importe de 12.547.672,64 euros.
Más de siete de cada 10 visitas a los centros de trabajo agrarios termina con algún tipo de infracción, los que demuestra demuestra que la campaña para el incremento de las inspecciones laborales en el campo, impulsado y defendido por la ministra de Trabajo Yolanda Díaz en mayo, es que están más que justificadas.
De las 1.647 visitas realizadas por la Inspección de Trabajo en 2020 a diferentes centros se han levantado un total de 1.178 infracciones. De esta forma, las sanciones se dan en el 71,5% de las inspecciones totales.
ASAJA y las amenazas
Félix Bariáin, presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Navarra, llegó a amenazar a Yolanda Díaz, ministra de trabajo, en el extracto de un vídeo publicado en la cuenta oficial de Twitter de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN).
Se trata de un vídeo que fue grabado el 23 de mayo, cuando UAGN denunció que en los días varios agricultores y ganaderos de Tierra Estella (Navarra) se habían dirigido al sindicato quejándose de que «inspectores de Trabajo acompañados de un alto número de efectivos de la Guardia Civil» se habían personado en sus explotaciones.
«Usted no va a tirar por tierra este sector, se lo garantizamos. No sé en que fase se podrán sacar los tractores a la carretera, pero le doy mi palabra que esta vez no vamos a ser pacíficos. Como no retire las inspecciones y no retire ese cuestionario, no vamos a ser pacíficos», amenazó Bariáin.
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