Varios colectivos madrileños han levantado la voz y organizado una concentración para hoy, 8 de septiembre, a las19h, frente a Delegación de Gobierno (c/Miguel Ángel, 25).
Cada vez que se encienden las luces y se destapa una nueva infiltración policial en los colectivos sociales madrileños, se siente el escalofrío de un espionaje digno de una novela de intriga. Pero esta no es ficción. Es real, recurrente y parece no tener fin. Y, lo que es más inquietante, se trata de un reflejo claro de la relación que tienen las fuerzas de seguridad del estado con el activismo y la libertad de expresión.
La noticia más reciente nos habla de Sergio, un «fantasma» que ha vagado por distintas organizaciones durante siete años, haciendo presencia en lugares tan diversos como el Banco de Alimentos de Moratalaz o el Movimiento Antirrepresivo de Madrid. Pero no está solo. Al mencionar a Mavi, se abre una puerta a una larga lista de espías que han marcado su huella en los rincones más inesperados de la sociedad civil.
«Hoy ha sido Sergio. Ayer fueron Mavi, Marta y tantos más. Las infiltraciones policiales son una herramienta de guerra psicológica contra nuestro derecho de organización.» Estas palabras, sacadas de la denuncia pública realizada por el Movimiento Antirrepresivo de Madrid, dejan en claro que el problema es mucho más profundo que una simple cuestión de seguridad.
LOS GASTOS DEL ESPIONAJE
No es un secreto que las infiltraciones policiales llevan años, trascendiendo diferentes administraciones. Sergio comenzó su trabajo encubierto en 2014, durante el primer gobierno de Rajoy, y continuó con sus actividades hasta el 2021, ya bajo el mandato conjunto de PSOE y Podemos. Así, nos damos cuenta de una cruda verdad: Los gobiernos pasan pero los infiltrados y la represión permanecen.
A menudo se presentan estos actos de espionaje como medidas necesarias para la seguridad del estado, pero, ¿a qué costo? Las y los activistas que han sufrido estas infiltraciones hablan de traiciones, de relaciones afectivas que resultaron ser falsas y de una constante sensación de estar vigilados.
La pérdida de confianza no se puede cuantificar. Pero sí podemos medir las respuestas. Varios colectivos madrileños han levantado la voz y organizado una concentración para el 8 de septiembre. En palabras claras y directas, su mensaje es: «¡No más infiltraciones! ¡Nos seguimos organizando!«
Este viernes 8 de septiembre, 19h, frente a Delegación de Gobierno (c/Miguel Ángel, 25).
— Spanish Revolution (@Spanish_Revo) September 7, 2023
Organizan: @esXrebellion, @CSOLaAnimosa, @DistritoCatorce, @MadresCR y @AntirrepreMad pic.twitter.com/ZqCvgfQOYS
Lo que queda en el aire, mientras las y los ciudadanos se preguntan quién será el próximo espía en sus filas, es una duda aún más grande: ¿Hasta cuándo las autoridades seguirán viendo a la sociedad civil como una amenaza y no como un aliado en la construcción de un país más justo y equitativo?
Porque al final del día, el verdadero costo de estas infiltraciones no es solo la ruptura de la confianza, sino también el daño a la democracia y la libertad de organización. Y es un precio demasiado alto para pagar.
Related posts
China gana la primera batalla comercial: Estados Unidos se hunde en su propio juego arancelario
La política proteccionista de Trump dispara el déficit comercial estadounidense a niveles históricos mientras China redirige su comercio y fortalece su posición global
El ‘Financial Times’ expone el uso político de la justicia en España
El diario económico más influyente del mundo pone el foco sobre los casos contra la familia de Pedro Sánchez y apunta al ‘lawfare’ como amenaza democrática.
Trump y su nuevo Air Force One de Qatar: cuando la Casa Blanca parece una casa de empeños
Aceptar un avión de 400 millones de dólares de una monarquía del Golfo no es diplomacia, es saqueo institucional con moqueta de lujo.
Alvise Pérez: tres causas penales, dos eurodiputados fugados y una fiesta que se le ha ido de las manos
Marina Lobo en HECD desmonta el relato del libertador digital: lo de Alvise no es política, es una deriva judicial en tiempo real.
MENTIRAS, CIERVOS Y DONACIONES. Marina Lobo se harta del blanqueo a Frank Cuesta
Mientras los medios lo blanquean, las pruebas de maltrato, estafa y racismo siguen acumulándose.