Luna, que así se llama la joven, no ha concedido más entrevistas porque considera que “dar un abrazo a alguien que pide socorro es lo más normal del mundo”
La llegada de inmigrantes a Ceuta ha dejado imágenes del drama humano que difícilmente dejan indiferente. Entre ellas, la del Guardia Civil salvando a un bebé de morir ahogado en el mar y la de una joven voluntaria de la Cruz Roja abrazando a un joven desconsolado tras cruzar el paso fronterizo.
Esta última fotografía se compartió en redes sociales de forma masiva y muchos no dudaron en agradecer personalmente a la joven el trato y la ayuda prestada. La imagen evidencia que la solidaridad puede arrasar a los discursos racistas que buscan todo lo contrario, deshumanizar a quienes arriesgan sus vidas huyendo de la desesperación. Una imagen que revela que lo ocurrido en Ceuta no es solo un conflicto diplomático, sobre todo es un gran conflicto humanitario.
Sin embargo, los insultos racistas y xenófobos han llevado a la mujer a restringir el acceso a sus redes sociales. «Europa no es una ONG», «te lo querías follar» o «lo vas a pagar caro» fueron algunos de los comentarios con los que varios usuarios atacaron a la joven.

«Solo le di un abrazo»
Luna, mostoleña de 20 años que estudia un Grado en Integración Social y está de prácticas en Ceuta, reconoció en una entrevista en la cadena SER sentirse muy agobiada: «Está siendo una experiencia muy dura», explicó.
A través de un vídeo publicado en su cuenta de Twitter reconoció: «No creo en ningún Dios, pero estoy segura de que si viviera las situaciones que ha vivido esta gente lo haría».
Durante una breve entrevista a TVE, restó importancia a su gesto: «Solo le di un abrazo». No quiere atender a los medios de comunicación porque considera que “dar un abrazo a alguien que pide socorro es lo más normal del mundo”.
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