Ayham Al-Salamiyah, un niño palestino de solo 14 años, será el prisionero más joven en las cárceles israelíes, donde cumplirá un año de condena en una prisión para adultos tras ser juzgado bajo leyes militares. Su delito: arrojar una piedra contra colonos que ocupan de forma ilegal viviendas palestinas en su barrio, Ras Al-Amud, en Jerusalén Este. No, no es solo Gaza ni la excusa de Hamás.
Este caso evidencia la cruel maquinaria de un sistema que borrará a toda una generación.
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
Si cierran Ormuz, abramos los ojosLa geopolítica del petróleo vuelve a encender la mecha del desastre
El cierre del Estrecho de Ormuz, aprobado por el Parlamento iraní tras los bombardeos
El precio de la obediencia: OTAN, deuda y despilfarro
Una exigencia imperial disfrazada de seguridad colectiva
España como contramodelo: el Washington Post señala que, si Sánchez resiste, el país puede convertirse en la gran oposición contra EE.UU.
Mientras la Casa Blanca vuelve a criminalizar a menores migrantes, aquí (todavía) no se han institucionalizado las jaulas.
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos