¿Cuándo vas a despertar? ¿Cuando ya no quede nada por defender? ¿Cuando Palestina sea arrasada por completo? ¿Será entonces cuando el mundo abrirá los ojos a la injusticia, cuando las voces silenciadas finalmente resuenen en los oídos sordos de la indiferencia? ¿Cuánto tiempo más deben sufrir los inocentes, cuántas lágrimas deben derramarse, antes de que la compasión y la humanidad prevalezcan sobre la política y el poder?
Luchemos no solo por la tierra, sino por la dignidad y la libertad. Que cada niño, mujer y hombre en Palestina sueñe con un mañana de paz, no con el temor de un nuevo amanecer de conflictos. Que la solidaridad cruce fronteras y muros, llevando esperanza a aquellos cuyas vidas han sido marcadas por la lucha.
No es solo la causa de Palestina, sino la causa de la humanidad, el clamor por justicia y equidad en un mundo a menudo dividido y desigual. Que nuestras voces se unan, no solo en protestas y manifestaciones, sino en un llamado constante a la acción y al cambio. Que la historia recuerde este momento no como el final, sino como el comienzo de una nueva era de comprensión, respeto y paz duradera.
¿Cuándo vamos a despertar? El momento es ahora, antes de que sea demasiado tarde, si no lo es ya.
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