El precio mínimo de un entierro en Barcelona ronda los 2.000 euros
Nacho Loriente se encuentra impotente al ver que el cuerpo de su madre permanece en el tanatorio de Sancho de Ávila, en Barcelona, tres semanas después de su muerte. No tiene dinero para pagar el entierro y el Ayuntamiento le ha negado hacerse cargo de todas las expensas, conocidos como entierros de beneficencia, porque los ingresos de la difunta superaban en 3.000 euros el límite establecido por el decreto que regula esta ayuda. Solo pueden acogerse a ella los difuntos que en el último año hayan percibido menos de 11.000 euros.
Nacho admite en TV3 que la ley establece este límite, pero se queja de que es injusto que familias como la suya queden excluidas. «¿Quién es el iluminado que ha creado esta ley? Deberían mirar la situación económica de la persona que tiene que hacerse cargo. En mi caso, es cero», protesta.
En su caso, solo puede acogerse a un entierro bonificado, con un descuento de unos 400 euros. Sin embargo, el precio mínimo de un entierro en Barcelona ronda los 2.000 euros. Se encuentra con que, a pesar de la bonificación, el costo del servicio funerario se dispara y no puede hacer frente a ello.
Cada año, en la ciudad, se bonifican un 1% de los entierros y casi un 3% terminan siendo gratuitos.
El director general de Cementerios de Barcelona, Miquel Trepat, defiende el sistema actual. «Hay que pensar que estamos hablando de personas solas, personas sin hogar o familias en una situación complicada. Por tanto, el ámbito municipal y sector funerario, de forma solidaria, opera para una inhumación e incineración digna en un momento delicado para las familias», argumenta.
El Ayuntamiento tuvo sobre la mesa un proyecto de funeraria pública para rebajar los elevados precios de los entierros en la ciudad, pero en 2019 quedó en nada después de que solo lo respaldaran los grupos de Barcelona en Comú y la CUP, y ERC se abstuviera.
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