¿Hasta qué punto hemos llegado que la agonía de un animal se convierte en un espectáculo? ¿Qué tipo de mensaje enviamos a las y los jóvenes que observan y, posiblemente, internalizan estos actos?
Un manto de horror cubrió las fiestas tradicionales de Puzol en Valencia. El 7 de septiembre, en una demostración de insensibilidad y falta de empatía, un toro fue sometido a un trato vejatorio y humillante, llevado al límite de su resistencia mental y física. El toro salió del cubículo visiblemente alterado, enredándose y tropezándose en repetidas ocasiones con la cuerda, pero eso no impidió que el evento se celebrase.
Las festividades, que deberían ser una celebración de la cultura y tradición, se mancharon con el rostro oscuro de la crueldad. En lugar de ser una ocasión para unirse y celebrar, se convirtió en un espectáculo de sufrimiento y angustia para un ser vivo.
Las imágenes del incidente son perturbadoras. Pero aún más impactante es el hecho de que las y los menores estuvieran presentes, siendo testigos directos del tormento del toro. Esta exposición puede tener un impacto profundo en sus mentes jóvenes, normalizando la crueldad y la insensibilidad hacia los seres vivos.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN Y A LA CONCIENCIA
No solo es el acto en sí lo que es condenable. Es la indiferencia colectiva, el aplauso y la jalea de una multitud que se burla del sufrimiento. En un momento, el animal se niega a avanzar y se arrima a un árbol, donde agacha la cabeza, encaja la cornamenta y se queda paralizado hasta que le obligan, a base de tirones de rabo, a moverse.
Estas festividades taurinas, que alguna vez pudieron haber tenido un significado cultural, se han desvirtuado hasta el punto de convertirse en actos de sadismo. El llamado aquí no es solo a condenar este acto en particular, sino a reflexionar profundamente sobre qué dice de nosotras y nosotros como sociedad. ¿Hasta qué punto hemos llegado que la agonía de un animal se convierte en un espectáculo? ¿Qué tipo de mensaje enviamos a las y los jóvenes que observan y, posiblemente, internalizan estos actos?
Es imperativo que la sociedad se una en contra de la tauromaquia y todas las otras prácticas que causen sufrimiento a los animales. Se trata de promover un cambio, de alzar la voz contra la indiferencia y de trabajar juntas y juntos por un mundo donde el respeto y la empatía prevalezcan. Es hora de que reflexionemos como sociedad y rechacemos actos que no representan la cultura, sino la crueldad.
Pacma dispone de una petición contra los toros embolados, que puedes firmar en este enlace.
Abascal ante el dilema Trump: aranceles contra el campo español y ataque contra el idioma
El regreso de Trump al poder pone a Vox entre la espada de la afinidad ideológica y la pared del proteccionismo estadounidense.
El indulto del ‘Chamán de QAnon’: cuando la violencia se convierte en política de Estado
La violencia perpetrada en nombre del trumpismo será no solo justificada, sino premiada.
Rehenes vs. presos: la hipocresía de occidente
Los medios insisten en llamar “rehenes” a los israelíes liberados y “presos” a los palestinos, perpetuando una narrativa que deshumaniza al pueblo ocupado y legitima la brutalidad del Estado sionista.
Vídeo | Musk se quita la máscara
Los fascismos de hoy no llegan con botas y marchas militares. Llegan con algoritmos, con CEOs que controlan redes y con discursos que normalizan lo intolerable.
Vídeo | ¿Por qué no denuncian las mujeres?
Porque denunciar significa enfrentarse a un sistema que las cuestiona y las revictimiza. Denunciar no debería ser una experiencia traumática, pero mientras la justicia siga siendo aliada de los agresores, ¿quién se atreverá a buscar ayuda?