29 Mar 2024
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

«¿Olona ya no es andaluza o cómo?»: pinchazo de Vox que no será clave para gobernar en Andalucía 

La formación de extrema derecha suma dos escaños más que en las elecciones de 2018, pero la mayoría absoluta del PP de Juanma Moreno les deja fuera de San Telmo. 

Se barajaba la posibilidad de que tras los comicios en Andalucía Vox, con Macarena Olona a la cabeza, tuviera la llave para gobernar en la Comunidad con un PP sin mayoría, pero el resultado no ha sido tal y la formación ultraderechista ha pinchado su crecimiento.

La misma candidata de Vox a la Presidencia de la Junta, Macarena Olona, ha reconocido que hubiese deseado «un resultado mejor» que el obtenido.

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Lejos quedó la veintena de escaños que la cúpula se marcó como objetivo para forzar su entrada en el Ejecutivo regional o incluso los 26 con los que llegó a especular un optimista Abascal. 

Los 14 asientos conseguidos por Vox suponen un timidísimo avance respecto a los 12 que recabó hace cuatro años, algo que no se planteaba la formación.

Estos resultados no alcanzan los que que auguraban las encuestas, que situaban al partido que lidera Santiago Abascal en una horquilla de entre 16 y 18 diputados.

Santiago Abascal, por su parte, ha reconocido que habrían querido «unos mejore resultados», si bien considera que los de estos comicios «son unos buenos resultados para España y también para Vox».

De este modo, la histórica mayoría absoluta de Juanma Moreno Bonilla sume al partido a una irrelevante oposición o apoyo desde la derecha.

Las redes sociales se mofan de Olona

Tras el escándalo vivido por el empadronamiento de Macarena Olona la jornada y los resultados estuvieron marcados por las mofas y críticas contra la candidata.

«El freno al fascismo de Vox no ha sido la izquierda antifascista sino Macarena Olona que le ha quitado 400.000 votos a su partido desde las pasadas generales», resumía el periodista Javier Gallego.

«El efecto Macarena Olona ha resultado ser el mejor método para frenar a la extrema derecha», espetaba Iñigo Ugarte.

Otros leían el resultado con sorna: