Pablo Iglesias ha intervenido en el regreso del programa de Juan Carlos Monedero.
El regreso de En la frontera, el late dirigido por Juan Carlos Monedero, Pablo Iglesias ha sido el primer entrevistado. Previamente, el exvicepresidente anunciaba que “la condición que le puse a @MonederoJC para hacer esta entrevista fue hablar solo de series. Y solo hablamos de series…”, pero, añadía, “al hablar de series acabamos hablando de política…”.
“¿Alguien se imagina que empieces a hablar de los Episodios Nacionales de Galdós, del Ruedo Ibérico de Valle Inclán o del Carvahlo de Vázquez Montalbán y no terminar hablando de política? Yo voy a preguntar de series. Y a ver qué pasa…”, respondía Juan Carlos Monedero para caldear el ambiente.
Y así sucedería. Iglesias ha vuelto a la escena pública de forma progresiva con este lado seriéfilo, pero ya avisó que su vuelta era para dedicarse al periodismo crítico y su mordacidad no podía faltar.
Su regreso lo ha hecho a través de su participación en diversos medios de comunicación, como articulista y como contertulio de radio, pero aún no se había dado la ocasión en la que Pablo Iglesias profundizara en una entrevista en sus valoraciones sobre la situación política actual.
En este programa Pablo Iglesias arremetía contra las eléctricas a través de una lectura de la serie The Wire, The Good Fight y Black Mirror. En The Wire, afirma Pablo Iglesias, “el protagonista es la ciudad y explica básicamente que el poder es una relación y que hay que seguir el rastro del dinero”.
Al respecto, procedía, “el caso de las eléctricas, creo, que seguir el rastro del dinero es muy sencillo”. “Lo que vemos es un proceso histórico de privatización que ha servido, básicamente, para que estas empresas tengan una situación de privilegio oligopólico en el mercado, es decir, no han actuado, digamos, mediante mecanismos de competencia, sino partiendo del privilegio, obteniendo enormes beneficios para las empresas, para sus directivos, que al mismo tiempo han podido comprarse, históricamente, políticos que llegaban después a sus consejos de administración”.
“Ojo, a mi me parece bien que en empresas estratégicas haya representantes de lo público, pero lo que había ahí no era representantes de lo público, eran lobistas de lo privado, con muy buenos contactos or haber sido presidentes o ministros de Consejos de Ministros.”, matizaba.
Este desarrollo argumental lo resumiría de forma magistral: “La traducción de todo esto que al final la gente es quien paga una factura escandalosa”.
“El clientelismo está presente desde el principio, no se entenderían la el oligopolio eléctrico en España sin sus vínculos históricos con el poder”, volvía a dejar claro taxativamente su posición.
“Las movilizaciones por un desahucio, por que una familia no puede pagar la luz ni bañar con agua caliente a los niños, donde los ancianos se acuestan, se van a la cama, a las 18:00h de la tarde para estar tapado… Lo que hay detrás de eso no es, digamos, deseo de toda la gente de enfrentarse con la policía o una gestión del orden público por parte de la policía, concreta, sino que lo que hay detrás es una estructura de poder vinculada a recursos estratégicos como la energía”, finalizaba en relación de la subida de la luz con la serie española Antidisturbios.
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