Marta, finalizaba en 2019 su proceso de transición de hombre a mujer, convirtiéndose así en la primera Mosso d’Esquadra transexual.
En el ámbito laboral Marta Reina no pudo encontrar la felicidad y el sosiego que le aportó su transición de hombre a mujer, aunque haya sido la primera Mosso d’Esquadra transexual en 2019.
Actualmente Marta ha anunciado que dejará su puesto en el cuerpo oficial de la policía catalana para marcharse a vivir a China.

“Durante todo este tiempo he sufrido faltas de respeto importantes. Me han hecho el vacío algunos de mis propios compañeros, en mi propio equipo. He tenido que aguantar actitudes machistas y tránsfobas. Me han vapuleado y me han anulado por sistema”, relata a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, definiendo este como principal motivo para tener que cambiar totalmente su vida.
“Me hacían el vacío constantemente, en mi propio equipo. Me han llegado a dejar sola en un servicio en el aeropuerto mientras mis compañeros se iban a tomar café. Estaban constantemente vigilándome y ponían en duda mis decisiones. Yo soy experta en falsedad documental y un compañero ha llegado a decirme durante una detención que él no iba a ayudarme con eso porque no se fiaba”, reiteraba.
“Es un cuerpo machista, donde todavía escuchas a algunos compañeros utilizar ‘maricón’ y ‘travelo’ como insultos. A mí me avergüenza que luego se llenen la boca con la tolerancia y elaborando panfletos de apoyo a la comunidad LGTBI, si luego a la hora de la verdad siguen teniendo actitudes machistas. Lo primero que deberían hacer es predicar con el ejemplo. La institución en sí tiene el poder y son las personas las que ejecutan ese poder para destruir. No se puede generalizar, pero a veces es la propia institución la que debería velar para que estas malas actitudes no proliferen», explica apesudmbrada.
Ahora ve el futuro en el país asiático, hastiada por su situación actual y ya que profesa una predilección con China «desde que visité el país por primera vez, en 2013».
«Me encanta su gente y que en su sociedad hay muchas menos etiquetas”, explica como esperanza para la desdemonización de su persona más allá de un país y en un trabajo donde se ha sentido retenida y «anulada».
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