No hay conocimiento sin un mensaje bien expresado, oral o escrito, en póster o en vídeo, y adaptado al público al que va dirigido. Por ello, la competencia comunicativa es clave en la educación superior. Es clave para enseñar, aprender y difundir el conocimiento, especialmente en el proceso de internacionalización de la universidad.
La globalización educacional o la internacionalización de la educación superior se refiere al proceso de desarrollo de la calidad educativa en un marco global. Persigue la excelencia respondiendo a nuevos retos y ofreciendo los conocimientos y las competencias más demandadas por la sociedad actual.
Este proceso tiene un impacto significativo en la comunidad educativa y, por consiguiente, en la ciudadanía. Favorece el reconocimiento del otro, el diálogo entre culturas y civilizaciones. Mejora la conciencia, la sensibilidad y la efectividad intercultural de su comunidad universitaria.
Universidades internacionales
Las universidades miden su internacionalización a través de títulos formativos bilingües o en inglés, del número de estudiantes y académicos que participa en programas de movilidad y del porcentaje de investigación que se publica en inglés.
En las universidades españolas y latinoamericanas, las principales lenguas de contacto son el español y el inglés. El inglés se emplea como lengua franca o global y como lengua inicial de comunicación, mientras que el español es la lengua meta del estudiantado internacional que nos visita.
En ocasiones, se cambia de un idioma a otro, del inglés al español y viceversa. En las clases multilingües, lo natural es, incluso, incorporar puntualmente conceptos clave del primer idioma del hablante internacional (el francés, el chino o el portugués, por ejemplo). Así, surge la magia y conviven distintas lenguas y sus culturas en el aula glocal (global, pero con influencia del contexto local) de dicha universidad.
Saber comunicarse
En la universidad internacional importa mucho la comunicación, el entendimiento entre hablantes de distintas lenguas. Afecta en la mejora, la adaptación y el crecimiento de la glocalización. Aquí vuelve a incidir el inglés como lengua franca en las comunidades académicas multilingües.
Éste es un inglés bien expresado, que acepta las distintas variedades del inglés por hablantes no nativos. Permite la comunicación, sin necesidad de imitar uno u otro acento estándar. Se puede implementar desde distintos enfoques metodológicos: como medio de instrucción de materias específicas de la titulación (English as a Medium of Instruction, EMI o de materias que usan la lengua en contextos específicos y profesionales del título universitario (English for Specific Purposes, ESP).
Cuando una universidad ofrece materias en inglés como medio de instrucción (EMI) y de inglés para fines específicos (ESP), está ayudando al alumnado de fuera y al de casa. Los une en el aula internacional, mejorando su competencia comunicativa inter, multi y pluricultural y combinando la cultura global con la local.
El profesorado universitario que utiliza estos métodos enseña materias académicas de la titulación distintas del inglés, actualizando su formación lingüística y pedagógica para enriquecer los programas formativos internacionales. Además, en el caso del inglés para fines específicos, el profesorado también se centra en el contexto cambiante, académico y profesional de cada titulación, actualizando el vocabulario y la comunicación oral y escrita para su contexto profesional más reciente.
El alumnado universitario adquiere el contenido específico de su titulación en inglés, a la vez que se desarrolla su comunicación en un entorno de aprendizaje internacional. Hablar en público en inglés es una de las habilidades comunicativas que se mejoran.
La importancia del inglés global, no nativo
El uso del inglés como lengua franca (ILF) en programas universitarios bilingües o internacionales es esencial. El inglés como lengua franca supone el entendimiento entre hablantes de distintos idiomas cuya primera lengua no es el inglés.
Su empleo refuerza la competencia comunicativa entre culturas y abandona el objetivo de reproducir la pronunciación exacta en un acento estándar (británico o americano). La prioridad es la comunicación clara, a través de la producción, la recepción, la interacción y la mediación.
Se diferencia del inglés como lengua extranjera, que se contextualiza en entornos “nativos” de lengua inglesa. El inglés como lengua franca promueve contextos pedagógicos que visibilizan el inglés como lengua que pertenece, también, a sus hablantes no nativos (el inglés que se habla en España, Alemania o Italia, por ejemplo).
Reconoce la identidad de su hablante como internacional, como no nativo de la lengua inglesa. De hecho, el inglés como lengua franca tiene más interacciones entre hablantes multilingües que el inglés entre hablantes nativos.
Como lengua franca global, el inglés se usa como idioma de contacto; no en detrimento del español o de otras lenguas, sino para fomentar la internacionalización. Por este motivo, el inglés como lengua franca debería ser natural para cualquier estudiante o profesional universitario que quiera entenderse e interactuar con personas de otros lugares.
Una comunidad internacional en inglés
Según el ranking U-Multirank (2022), las universidades en los dos primeros puestos en “orientación internacional” proceden de los Países Bajos, destacando el número de académicos internacionales y las publicaciones internacionales.
Las universidades españolas y latinoamericanas que se posicionan en las primeras filas son la Universitat Pompeu Fabra en Cataluña y la Universidad de Atacama en Chile. La primera cumple con 3 de 4 criterios con nota A (sobresaliente): movilidad del alumnado, publicaciones internacionales y programas de doctorado internacionales.
Cada vez más universidades buscan esta internacionalización en ambas direcciones, con una comunidad que mejora su dominio del inglés y su capacidad de comunicarse a través de discursos, informes, podcasts, tutoriales, noticias locales y globales. Transfieren el conocimiento y construyen una identidad internacional que aumenta su sensibilidad intercultural y pluricultural.
Soraya García-Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.
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