El partido de extrema derecha, Fratelli d’Italia, empata en las encuestas como primera fuerza política con la Liga de Salvini y Giorgia Meloni, su líder, aspira a suceder a Mario Draghi.
Los herederos de Benito Mussolini siguen creciendo en las encuestas después de la significativa victoria en la región de Marcas en septiembre del año pasado, acabando con 25 años de Gobierno de centroizquierda.
La líder de Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni, inició su carrera política en la juventud del MSI y según eldiario.es “está preparándose para suceder a Mario Draghi, el actual primer ministro, en las elecciones generales de 2024” y por ello “ha decidido mantener a su partido fuera de la amplia coalición encabezada por Draghi”.
Con el liderazgo de Meloni el partido se ha posicionado como defensor de la patria y de la idea de nacionalismo italiano y aunque afirma no pertenecer al “culto al fascismo” el medio de comunicación recuerda los hechos que contradicen sus acciones: “En abril, el alcalde de Ascoli Piceno, de Fratelli d’Italia, donó cuentos fascistas a las escuelas. Unos pocos días después, el presidente del Departamento de Educación de Marcas envió una carta a los estudiantes en la que equiparaba a los fascistas con la resistencia: Debemos recordar a los muertos en la guerra sin distinguir de qué lado estaban”.
Otro de los puntos conflictivos del partido, que se llevó a cabo como una de de las primeras medidas del nuevo Gobierno de Marcas, consistió en clausurar las instalaciones para el recibimiento y asistencia a inmigrantes.
También pretenden luchar contra los derechos de las mujeres, contra el aborto, “quieren prohibir que las clínicas entreguen píldoras abortivas”. Por otro lado, un político miembro de Fratelli d’Italia ha sugerido recientemente “que las mujeres permanezcan en casa cuidando a los niños mientras los hombres establecen las normas”.
“En esta región ha habido un cambio cultural, social y político que se traduce en distintas medidas”, dice Antonio Mastrovicenzo, exconcejal de Marcas por el Partido Democrático, de centroizquierda. Mastrovicenzo acepta que las debilidades de la izquierda han sentado las bases para el giro a la derecha en la región. “Hemos cometido errores y la gente no nos los ha perdonado”.
El primer paso hacia el cambio sucedió en agosto de 2016, cuando un terremoto que mató a casi 300 personas azotó el centro de Italia, incluyendo áreas de la región de Marcas. En aquella ocasión, Matteo Renzi, el entonces primer ministro y líder del Partido Democrático, prometió reconstruir de inmediato las localidades destruidas. Sin embargo, aún hoy muchos de los lugares afectados por el desastre permanecen en estado de abandono.
La Liga y Fratelli d’Italia también se han aprovechado de la inmigración, en especial cuando Pamela Mastropietro, de 18 años, fue presuntamente asesinada por un inmigrante ilegal en la ciudad de Macerata a comienzos de 2018. Unos días más tarde, y a unas pocas semanas de las elecciones nacionales, Luca Traini, un extremista de ultraderecha, hirió a seis inmigrantes africanos en un tiroteo, según él en venganza por el asesinato de la joven.
“Traini se convirtió en el caballo de batalla de las fuerzas ultraderechistas, que afirmaban que las políticas de los partidos de izquierda habían conducido a esa situación”, dice Lina Caraceni, exconcejala por la integración en Macerata y representante de la división local de la asociación Refugees Welcome Italia.
“Acabaron con todos los proyectos de la administración anterior. Macerata fue uno de los primeros lugares en Italia en adoptar el programa SPRAR [un programa habitacional para los inmigrantes], el cual ya no existe. Asimismo, ha habido un aumento del racismo. Nadie quiere alquilar su casa a extranjeros”.
Para Paolo Berizzi, periodista de La Repubblica que ha escrito extensamente sobre la extrema derecha en Italia, la señal más fuerte del cambio en Marcas se dio el 27 de octubre de 2019, día en que se organizó una cena por el aniversario de la “Marcha sobre Roma” de Mussolini. Francesco Acquaroli, actual presidente de Marcas, asistió a ese evento junto a otros líderes de Fratelli d’Italia.
“Esto nos muestra cómo Fratelli d’Italia se vincula con la derecha nostálgica: no solo no se distancia de ella, sino que la celebra”, dice Berizzi. Añade que Marcas se ha transformado en “una especie de laboratorio para la derecha enraizada en la tradición fascista”.
Por lo general, Fratelli d’Italia compite en las elecciones locales, regionales y generales como parte de una coalición conformada junto a la Liga, liderada por Matteo Salvini, y el partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia. Esta alianza gobierna 15 de las 20 regiones italianas. Meloni, que ha superado en popularidad a Salvini, está prácticamente al mando hoy en día: eso implica que, en caso de competir juntos en 2023 y ganar, ella tendría muchas posibilidades de convertirse en primera ministra.
“La izquierda ha sido débil a la hora de interceptar el avance de la derecha a lo largo de Italia”, dice Berizzi. “Y ahí yace el peligro. El país que gestó pero que también venció al fascismo podría terminar siendo gobernado por un partido vinculado a aquel pasado”.
Según Perini, la llegada de Fratelli d’Italia a Marcas también ha fortalecido a grupos de extrema derecha como CasaPound y Forza Nuova. “Cada vez que organizamos una manifestación, encontramos esvásticas en las paredes al día siguiente. Los fanáticos del equipo de fútbol Ascoli Piceno celebran los goles con el saludo fascista. Los extremistas saben que hoy en día pueden hacer esto sin temor a represalias”, añade.
A Perini le preocupan los resultados de las próximas elecciones nacionales. “No tengo esperanza de que las cosas cambien. Lo peor es que pareciera que los esfuerzos de los partisanos de la Resistencia no han servido de nada”.
Los ‘Blackflag’: grupos neofascistas resurgen en Italia y organizan ataques a inmigrantes y militantes de izquierdas
Dentro de este contexto en Italia, diferentes bandas de extrema derecha, como los Blackflag, que tienen su base en la ciudad de Vicenza, repartidas especialmente por el noreste del país, han crecido en el último año de manera considerable.
Tal y como ha informado en un reportaje especial el periódico La Repubblica, estos grupos neofascistas emulan a las “camisas negras”, las milicias del Partido Fascista creadas por Benito Mussolini y con las cuales alcanzó el poder en el país por la fuerza en los años 20.
Rasgos de los ‘Blackflag‘
Las bandas se caracterizan por estar enfocadas en la gente joven y por organizar “rondas nocturnas” donde atacan con violencia a inmigrantes y rivales políticos, básicamente cualquiera que consideren un “traidor a Italia”, entre los que se encuentran principalmente adolescentes, profesores y, en general, a cualquiera que consideren de izquierdas.
Utilizan las redes sociales para captar a los jóvenes y organizar estas “rondas nocturnas”, especialmente grupos de Facebook y cuentas de Instagram, muy a pesar de que, cada cierto tiempo, son cerradas por las autoridades italianas debido a los discursos y mensajes de odio y por apología abierta a la violencia. De hecho, Solidea Ardita, su principal cuenta de Instagram, fue eliminada. Aun así, están teniendo éxito: la edad media de estos grupos ronda los 21 años y sus mensajes son cada vez más extremistas y violentos.
Algunos de estos mensajes que se han popularizado, son “Tú, niñato europeo, despierta. Diez mil años de historia pesan sobre tus hombros y tienes la posibilidad de formar bandas junto a otros como tú, que puedan contrarrestar esta escoria que invade nuestras calles“, o “Si quieres ir contra las bandas juveniles sólo puedes contar contigo mismo y con tu gente”.
De hecho, destacan por expresiones y el uso de un lenguaje especialmente violento. “Iremos a por vosotros y os echaremos, al igual que al resto de vuestros tutores, que repiten continuamente que todo irá bien mientras nuestra civilización deja paso a las serpientes”. Con este tipo de amenazas se refieren a las personas migrantes y al profesorado que, supuestamente, les protege.
El diario La Repubblica ha informado también de que los Blackflag visten de manera similar a “ultras de estadio”, utilizando vaqueros, cazadora negra con capucha, bufanda negra y mascarillas negras. También coincide en esta descripción la prensa regional de Véneto y la local de Vicenza, donde se han dado más casos de violencia por parte de estos grupos neofascistas.
Sin embargo, no parece que utilicen una simbología o logotipo determinados, más allá de una vestimenta que, una vez más, emulan a las “camisas negras” de Mussolini y que, unido a su xenofobia, a sus postulados y a sus formas, los identifica con la ultraderecha fascista.
Otro rasgo de estos grupos es que, por lo visto, declarado por ellos mismos y también que las autoridades italianas sepan, actúan por su cuenta. “Nosotros no llamamos ni a la Policía, ni a los periodistas que escriben reportajes en los que denuncian la degradación social”.
De las ‘camisas negras’ a las ‘rondas padanas’ y Casa Pound
Los Blackflag y todos estos nuevos grupos neofascistas, tanto por su vestimenta, como por sus ideas y su forma de actuar, son claramente una emulación de las “camisas negras” fascistas de Benito Mussolini que, además, inspiraron a las SA o “camisas pardas”, las milicias del partido nazi de Adolf Hitler, e incluso a las “camisas azules” del partido Falange Española de las JONS (FE de las JONS), el partido de inspiración fascista de España, fundado por José Antonio Primo de Rivera.
Sin embargo, no hace falta irse tan lejos. En a década de los 2000, surgió en Italia las llamadas “rondas padanas”, pequeños grupos de personas que, uniformadas de verde y sin pertenecer en principio a ningún grupo u organización concreta, salían a pasear para vigilar las calles, especialmente de las ciudades al norte del país. No portaban armas ni ejercían la violencia, pero se demostró más adelante que estaban ligadas al partido Liga Norte, hoy La Liga, el partido de extrema derecha por excelencia del país, liderado por el conocido Matteo Salvini.
En 2009, además, estos grupos fueron legalizados bajo el Gobierno de Silvio Berlusconi.
A su vez, las “rondas padanas” fueron el antecedente del nacimiento de grupos neofascistas similares, pero de carácter más violento, asociados al partido Fuerza Nueva y Casa Pound, organización que inspiró al grupo Hogar Social Madrid en España.
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