Es la primera vez que un fabricante de armas ha asumido responsabilidad por un tiroteo masivo
Este martes, nueve familias de algunas de las víctimas de la masacre ocurrida el 14 de diciembre de 2012 en el colegio Sandy Hook, en la que perdieron la vida 20 niños y seis adultos, han llegado a un acuerdo millonario con la empresa fabricante del rifle de asalto usado en por el autor del ataque.
El acuerdo con Remington Arms, la marca de armamento más antigua de EE.UU., que accedió a pagar 73 millones de dólares, es el mayor de este tipo que involucra a un fabricante de armas y familiares de víctimas de un tiroteo masivo. Remington optó por pagar para poner fin a la demanda y tras evaluar el riesgo de ir a juicio.
En 2014, estas familias denunciaron a Remington, pero los fabricantes de armas en EE.UU. gozan de una casi total inmunidad federal y no fue hasta 2019 cuando el Tribunal Supremo de Connecticut aceptó el caso alegando que Remington violaba una ley estatal al promocionar la venta de tal forma que resultaba atractiva para la gente de la calle y los jóvenes con problemas como el autor del tiroteo, a través de videojuegos violentos y con un lenguaje grandilocuente y militarista.
Josh Koskoff, abogado que representa a las familias de las víctimas, dijo que estaban contentos con el resultado porque su foco estaba puesto en “prevenir el próximo Sandy Hook”.
“Esta victoria debería servir como una llamada de atención, no solo para la industria de las armas, sino también para las compañías de seguros y bancarias que la sustentan”, señaló Koskoff.
Y añadió: “Para las industrias de seguros y banca, es hora de reconocer el costo financiero de asegurar empresas que elevan sus ganancias aumentando el riesgo”.
Aunque las pérdidas son irreversibles y el resultado no es restaurador, esta resolución proporciona una medida de responsabilidad en una industria que hasta ahora ha operado con impunidad.
A principios de la década de 2000, la Asociación Nacional del Rifle y otros grupos defensores de las armas presionaron a los estados y al gobierno federal para que promulgaran leyes que protegieran a los fabricantes de armas de la responsabilidad financiera por las muertes que resultaran del uso de sus productos. Su mayor logro fue la Ley de Protección del Comercio Legal de Armas, aprobada por el Congreso y firmada por el presidente George W. Bush en 2005, tal y como recoge BBC Mundo.
Esa ley ha protegido a muchos fabricantes de armas de acciones legales, pero no fue suficiente para proteger a Remington y su Bushmaster AR-15, utilizado por Adam Lanza en su matanza.
El pasado julio, Remington ofreció 33 millones de dólares a las familias, muy por debajo de los 225 millones que habían pedido en la corte. Rechazaron la oferta y dijeron que habían reunido suficiente evidencia para probar la mala conducta de Remington.
A pesar de la muerte de niños pequeños de 6 y 7 años, desde el tiroteo de Sandy Hook no se aprobaron nuevas leyes nacionales de control de armas. En los ocho años de Administración de Barack Obama, partidario de restringir el acceso a las armas, no lograron ganar la batalla en el Capitolio. También perdió la de las ventas, ya que durante su Administración aumentó considerablemente el número de armas de fuego adquiridas.
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