Ante la nueva ley de memoria histórica hay quien debe blandir los mismos argumentos de siempre, ETA como resumen.
La nueva ley de memoria histórica toca el plano sensible de algunos nostálgicos al redefinir el concepto de víctima e incluir a toda persona «que haya sufrido, individual o colectivamente, daño físico, moral o psicológico, daños patrimoniales, o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales» como consecuencia del franquismo.

Con la nueva ley, el Estado se prevé un papel activo en la búsqueda de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil y la dictadura. Se calcula que alrededor de 114.000 personas.
Para ello, la norma prevé la elaboración de un mapa con la localización de personas desaparecidas, donde se incluirán las fosas comunes. También, la creación de un banco estatal de ADN de víctimas del franquismo para así poder comparar perfiles genéticos en la identificación de restos.
La nueva ley, de este modo, señala la necesidad de «garantizar el derecho a la verdad de las víctimas de graves violaciones de los derechos humanos o del derecho internacional humanitario».
Como colofón, por primera vez, se pone especial foco en la figura de la mujer. Tal como se señala en el artículo 11, la ley reconocerá a todas aquellas mujeres que tuvieron un papel activo en la vida intelectual y política durante los años de la Guerra Civil y la dictadura.
Pero esta ley ha molestado a personajes como Isabel San Sebastián y María Jamardo, quienes consideran que «eso ni es democrático, ni es memoria, ni es nada, es una vil tergiversación».
Ante la pregunta del presentador del programa ambas han considerado que «ETA sigue existiendo», e Isabel San Sebastián considera que «la parte asesina de ETA ya no existe. Ya no existe, entre otras cosas, porque es que no les interesaba existir, porque evidentemente, una vez una vez existe entre el terrorismo islámico el terror que podría causar ETA era muy relativo».
Y ahora el show de María Jamardo.
— GUILLERMO GUIJARRO (@remerikos) July 14, 2022
Abre el melón de que ETA existe (la Ley de Memoria Histórica, ni va sobre ETA, ni prohibe que se sigan investigando los crímenes sin resolver), y cuando le rebaten, pierde los papeles, y se acuerda de su amado Caudillo.
Dentro vídeo 2. pic.twitter.com/ap3t8rSjtV
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
Musk y el bulo del «genocidio blanco» como arma diplomática
La historia de cómo un magnate usó su inteligencia artificial para reescribir la realidad y extorsionar a un Estado soberano. Y ganó.
Miedo líquido, fascismo sólido
La inseguridad permanente alimenta el hambre de orden. El fascismo se presenta como el atajo.
Golpismo a plazos y sanciones por encargo: el juicio a Bolsonaro y la sombra de Trump
Mientras Brasil intenta juzgar un intento de golpe, Washington sopla en la nuca de sus jueces. No por justicia, sino por estrategia.
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos