Vivimos en una era donde las cámaras están en todos lados, en las calles, en los centros comerciales, en los estadios… y hasta en tu propio móvil. Hasta ahora, muchas de estas cámaras se basaban en el reconocimiento facial para identificar a las personas. Pero una nueva tecnología ha llegado para darle un giro inesperado a este método, y ya empieza a dar de qué hablar.
Adiós al reconocimiento facial, hola al rastreo por ropa y movimientos
La empresa tecnológica Veritone ha desarrollado un sistema innovador que permite rastrear individuos sin necesidad de analizar sus rasgos faciales. ¿Cómo lo hace? Pues, en lugar de analizar los rasgos faciales, se fija en detalles como el color de piel, la ropa, la forma de caminar o la complexión corporal.
El objetivo es ofrecer una herramienta menos invasiva pero igual de efectiva. ¿Te imaginas lo útil que puede ser en un aeropuerto, un estadio lleno o incluso en la seguridad de un casino online? Esta tecnología puede ser una aliada para vigilar sin necesidad de capturar rostros, lo cual a muchos les da cierta tranquilidad.
La inteligencia artificial al servicio de la vigilancia
La clave detrás de esta innovación está en la inteligencia artificial y en cómo analiza las imágenes en tiempo real. Lo que hace este sistema es observar grabaciones y detectar pequeñas pistas, desde la forma en que alguien se mueve hasta qué tipo de ropa lleva puesta. Todo esto se transforma en una especie de “huella corporal digital”, única y capaz de seguir a una persona por distintas cámaras, incluso si se tapa la cara.
En Estados Unidos ya se han hecho algunas pruebas en diferentes ciudades para comprobar qué tan eficaz es este sistema en entornos reales. Y, según los primeros informes, los resultados están siendo bastante prometedores.
¿Para qué se puede usar esta tecnología?
La lista de posibles aplicaciones es larguísima. Por ejemplo, en aeropuertos podría ayudar a mejorar la seguridad sin invadir tanto la privacidad. En centros comerciales o eventos deportivos, permitiría seguir la pista a personas extraviadas o a quienes causen problemas. Incluso en plataformas digitales donde la protección de datos es fundamental, como en plataformas de juegos de ruleta online o videojuegos, se buscan constantemente tecnologías de este tipo para hacer las transacciones más seguras y proteger la identidad de los usuarios.
En el campo policial, ya se están utilizando estos sistemas para buscar sospechosos o localizar personas desaparecidas. Lo más impresionante es que, aunque una persona intente cambiar de ropa o pase por zonas diferentes, el sistema puede unir las pistas para saber por dónde ha pasado.
¿Es realmente menos invasivo?
Uno de los aspectos que más llama la atención de esta tecnología es que es mucho menos intrusiva. A diferencia del reconocimiento facial, no se almacenan fotos de rostros ni datos biométricos. Los creadores aseguran que su intención es mantener un equilibrio para poder garantizar seguridad sin comprometer de manera directa la identidad personal.
Por supuesto, como ocurre con cualquier herramienta de vigilancia, siempre habrá quienes se pregunten hasta qué punto se respeta la privacidad. Pero de momento, quienes han empezado a probarla destacan la capacidad de establecer protocolos y controles sobre quién puede acceder a los datos y para qué fines.
Una alternativa con proyección de futuro
Este modelo de tecnología podría ser solo el primer paso hacia espacios públicos y privados más “inteligentes”. Lo que empezó como un experimento ya se perfila como una herramienta clave para la seguridad del futuro. Y, sin duda, aún queda mucho por ver en este apasionante terreno.
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