Enrique Santiago, portavoz de Unidas Podemos, aprecia indicios de delito en la comparecencia del facultativo jubilado Miguel Ángel Bayo, colaborador del jefe de la brigada política, Eugenio Pino.
Miguel Ángel Bayo, más conocido como “el cajero de la Kitchen”, es un facultativo de la Policía que antes de funcionario fue agente. Reconoció ante la comisión del Congreso por el caso Kitchen que era el “hombre de los maletines” en el Cuerpo y actuaba como mano derecha en diferentes cuestiones para el jefe de la brigada política, Eugenio Pino.
Bayo hizo de “transportista” del dinero que salía del Ministerio del Interior hacia la Policía para sufragar las operaciones secretas, pero no se limitaba a llevar y traer papeles, no era un simple títere: los leía y se pronunciaba sobre ellos, también sobre las notas informativas que elaboraba el comisario José Manuel Villarejo.
Para que confesase su verdadera función pasaron cuatro horas de preguntas que Bayo había esquivado porque, según él, no hablaba de nada porque todo era material reservado. Sobrevivió a las preguntas del PSOE o de Vox, pero no a las del portavoz de Unidas Podemos, Enrique Santiago, que le chantó que la excusa del material reservado era una mentira.
Santiago y las mentiras de Bayo
Santiago invocó ante Bayo el artículo 502.3 del Código Penal: “El que convocado ante una comisión parlamentaria de investigación faltare a la verdad en su testimonio será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses.. Con este artículo pidió que se informase a la presidenta de la Cámara que apreciaba “claramente indicios de criminalidad” en “el cajero de la Kitchen”.
“El cajero de la Kitchen vino ayer a intentar engañar al Congreso. Hemos pedido que se le denuncie ante la Fiscalía por mentir de forma reiterada en la Comisión. Seguimos trabajando para acabar con la impunidad y que haya verdad, justicia y reparación”, anunció Santiago en su cuenta de Twitter.
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