Mientras más de 65.000 palestinos y palestinas han sido asesinadas, el equipo ciclista de un amigo de Netanyahu presume de “hacer historia” en la Vuelta a España.
EL NEGOCIO DE LA SANGRE Y EL PEDALEO
En la Vuelta de 2025 no ganó el deporte, ganó la propaganda. El Israel-Premier Tech, financiado por un millonario próximo a Benjamin Netanyahu, celebra haber rozado sus mejores resultados desde que existe. El premio: 52.115 euros de las arcas de Unipublic, filial de ASO, organizadora también del Tour. El ciclista estadounidense Matthew Riccitello consiguió el maillot blanco al mejor joven, el primer podio en una gran vuelta para este equipo que nació en 2018 en un Giro que partió nada menos que desde Jerusalén, a escasos metros de los territorios ocupados.
No fue en la plaza de Cibeles, como manda la tradición, sino en un aparcamiento y sobre unas neveras, después de que la etapa final en Madrid quedara suspendida por las movilizaciones contra la presencia del equipo israelí. Miles de personas bloquearon el centro de la capital y forzaron lo que ningún gobierno europeo se atreve a decretar: el aislamiento deportivo de un Estado genocida. Sin embargo, la foto que Israel necesitaba ya estaba fabricada. En sus redes difundieron un montaje del corredor saludando desde la Gran Vía, un escenario ficticio para un relato diseñado en los despachos.
CÁLCULO MILIMÉTRICO DE LOS PREMIOS
El ciclismo reparte dinero como anestesia. Cada etapa: 28.860 euros. La clasificación general: 337.285. Los sprints, la montaña, la combatividad, los jóvenes… hasta un millón ciento quince mil setecientos setenta y cinco euros en total. Israel-Premier Tech, sexto de 23 equipos, se lleva 27.760 por las etapas, 12.500 por la quinta plaza de Riccitello y 11.000 por el maillot blanco, además de complementos. Es su segunda mayor ganancia histórica, tras los 67.352 euros en el Giro de 2023. En contraste, en el Tour de este año apenas sumaron 15.940, siendo el equipo peor pagado.
El contraste es obsceno. Mientras los hospitales de Gaza carecen de material, mientras los tanques israelíes avanzan sobre la ciudad arrasada, mientras la población sobrevive sin agua ni electricidad, un equipo con la palabra “Israel” en el pecho factura decenas de miles de euros en nombre del deporte. No es casualidad: desde su origen, con el cambio de nombre de Israel Cycling Academy a Israel Start Up Nation y después a Premier Tech, esta estructura ciclista ha sido una herramienta política. El objetivo no es solo ganar etapas, sino lavar con sudor lo que está manchado de sangre.
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