Al marcar la casilla se produce un redistribución del gasto que podría ser de interés común y mejorar la inversión pública (Sanidad, Educación, carreteras) hacia la Iglesia.
Europa Laica vuelve a salir a la calle con su campaña cívica y democrática explicando por qué pedimos que no se marque ninguna de las dos casillas de la Asignación Tributaria del IRPF, ni a la casilla de la Iglesia Católica (IC) ni a la de Fines de Interés Social (FS).
“Las confesiones religiosas deben autofinanciarse y pagar impuestos”, señalan desde la asociación. “Debido a los acuerdos Iglesia-Estado la Iglesia católica no sufre la crisis: vive en el paraíso… fiscal”, afirman desde la asociación.
Si se quiere que nuestro impuesto IRPF vaya a Sanidad o otros servicios comunes como se viene pidiendo desde la distintos estamentos de la sociedad, no hay otra alternativa más real y solidaria: no marcar ninguna casilla es la única forma por la que todos los impuestos queden íntegros para lo común.
Si marcas cualquiera de las dos casillas no pagas más, simplemente el 0,7 de tu cuota íntegra (antes de deducciones) se destina a la Iglesia o a fines sociales o a los dos (1,4). Por lo tanto, si no señalas ninguna de las casillas tampoco pagas menos, simplemente el Estado se encarga de distribuir ese 0,7 por ciento directamente desde los Presupuestos Generales a entidades particulares como son la Iglesia católica y/o a ONGs de una u otra naturaleza, que “hacen caja” sin más esfuerzo, con privilegio, por el simple hecho de serlo, quedando menos impuestos en la hucha común de los PGE.
Si se marca la casilla se resta el 0,7% de la cuota de tu declaración a la caja común del Estado para los gastos públicos (sanidad, educación, dependencia…). Se vulnera el principio constitucional por el que ninguna religión tiene carácter estatal y se quebranta el principio de igualdad ante la ley: se discrimina por razón de creencias.
¿Qué financiamos al marcar las casillas?
195 M€ SUELDO Y SEGURIDAD SOCIAL DE LOS OBISPOS Y 20 000 SACERDOTES
650 M€ SUELDO Y SEGUROS SOCIALES DE 25 000 CATEQUISTAS DE RELIGIÓN EN LOS CENTROS DE ENSEÑANZA PÚBLICA O CONCERTADA CATÓLICA
600 M€ MANTENIMIENTO DEL PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO CATÓLICA
La Iglesia no gestiona el patrimonio al servicio de los intereses generales y se apropia de la totalidad de los ingresos de sus visitas
4.750 M€ SUBVENCIONES A 2450 CENTROS CONCERTADOS CATÓLICOS
2.000 M€ EN EXENCIONES FISCALES. Además, la Iglesia católica está exenta de pagar impuestos por sus miles de inmuebles (IBI), del impuesto de construcciones y obras, de sucesiones y donaciones, de transmisiones patrimoniales, de actividades económicas, de actos jurídicos documentados,…
EN TOTAL, LA FINANCIACIÓN DIRECTA O INDIRECTA A LA IGLESIA ALCANZA LOS 11.600 M€ CADA AÑO EL ESTADO DEBE FISCALIZAR A LA IGLESIA CATÓLICA
El Estado y los sucesivos gobiernos de la democracia son los responsables de estos exorbitantes privilegios y de que nunca haya sido fiscalizada la Iglesia católica.
El Estado debe obligar a la Iglesia a presentar anualmente una cuenta de resultados y un balance del conjunto de sus actividades en nuestro país.
La casilla de asignación tributaria a fines de interés social
Al marcar la casilla de asignación tributaria a fines de interés social desvirtuar el deber de atención a los fines de interés social, que deben ser definidos y fiscalizados por el Parlamento y formar parte de una política de Estado.
Sirve de doble financiación a la Iglesia católica: más del 30% de esta asignación se entrega a organizaciones y fundaciones católicas. De ahí que la jerarquía católica anime a señalar ambas casillas.
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