Manuel Murillo, el francotirador acusado de planear atentar contra Pedro Sánchez, aseguró este martes que sus afirmaciones en un chat sobre sus intenciones de matar al presidente del Gobierno eran bravuconadas provocadas por el alcohol y las pastillas.
«En aquella época, estaba muy saturado, cansado de trabajo. La única válvula que tenía era comer de menú y tomar algo de vino», ha indicado durante el juicio Manuel Murillo en su contra celebrado en la Audiencia Nacional, acusado de planear atentar contra Pedro Sánchez.
Murillo, que se enfrenta a una petición de 18 años y medios de prisión, está acusado de querer perpetrar un atentado para «derrotar» al Gobierno socialista.
En total, el fiscal reclama 11 años y medio por un delito de homicidio en grado de proposición y siete años de cárcel por un delito de depósito de armas y municiones de guerra.
El acusado era integrante de ‘Terrassa por España’, un grupo de WhatsApp que reunía a personas afines a ideología ultraderechista y conservadora.
Sus primeras intervenciones en ese foro se produjeron en el verano de 2018, cuando el Gobierno inició los trámites para exhumar del Valle de los Caídos al dictador Francisco Franco. «No podemos permitir que humillen al generalísimo (…). Es una venganza por haber perdido la guerra», aseguró entonces.
Tras ello aseguró que deseaba tener al jefe del Ejecutivo «en el punto de mira». «Volver al oeste del far west con un revolver en el cinto», «así se limpia de mierda más rápido», decía.
Su «mayor ilusión» era «meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco», escribía en esos mensajes.
«No soy militar. No soy ni francotirador, ni mercenario. Solo de un club de tiro de precisión», se ha tratado de defender Murillo.
«Dije que era de un loco o estaría bebido, como de una ensoñación. Nunca he tenido faltas. Yo mismo me pongo las manos en la cabeza por barbaridades que dije. Cuando bebía, con el grupo, era a ver quién la decía más gorda. No tenía intención real ni se me pasaría decir eso. Soy sentimental, no soy un asesino».
Fue una coordinadora de Vox en Barcelona la que alertó a los Mossos de la intención del hombre y fue detenido en 2018 por orden del Juzgado número 3 de Terrassa.
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